Los ganaderos tildan de "desastre" la retirada de los animales muertos
Todo el sector acusa al Gobierno de poner en peligro la cabaña
Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA consideran un "desastre" la política oficial de retirada de animales muertos en las granjas. El sector coincide en que el actual sistema, en que se recoge a los animales muertos y se los lleva de una a otra granja sin ningún control, supone un grave riesgo ante la posibilidad de que se transmitan enfermedades. Hablan del peligro de un desastre ganadero nacional.
Fuentes del Ministerio de Agricultura lamentan que las comunidades autónomas no hayan adoptado medidas para aplicar correctamente la política de retirada de cadáveres. Ante la actual situación de desorden, se pretende que Bruselas acepte actuaciones provisionales alternativas a la retirada para eliminar animales de las granjas.
El portavoz socialista de Agricultura en el Congreso, Jesús Cuadrado, reclama un debate nacional sobre el tema y ha solicitado la comparecencia del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. Aunque la competencia de la retirada es autonómica, la sanidad animal es responsabilidad estatal.
En España, según los datos de UPA, mueren al año 70 millones de aves, 890.000 cerdos, 246.000 vacas, 1,4 millones de ovejas y cabras, 1,8 millones de conejos y unos 21.000 caballos, lo que supone un total de 74 millones de cabezas, o 280.000 toneladas.
A raíz de la enfermedad de las vacas locas y de acuerdo con la normativa comunitaria, el Gobierno exigió la retirada de animales muertos de vacuno, ovino y caprino. Desde el pasado 1 de mayo se prohibió también el enterramiento de todo tipo de animales muertos en las explotaciones. Ante esa medida, las organizaciones agrarias reclamaron una moratoria para su aplicación hasta disponer de una infraestructura y logística adecuada. Agricultura, Medio Ambiente y Bruselas no respondieron a esa petición y el Servicio de Protección de la Naturaleza, Seprona, se ha limitado a hacer la vista gorda.
Agricultura ha puesto en marcha un seguro de retirada en algunas zonas, pero la falta de infraestructura lo hace inútil. La mayor parte de los ganaderos siguen enterrando animales con el riesgo de sanciones. Como señala un granjero: "Hemos prohibido morirse a los animales". En las pocas zonas donde funciona la retirada, medios ganaderos coinciden en señalar que es un auténtico desastre. El ganadero avisa a la empresa encargada de la retirada de cadáveres en cada comunidad autónoma. La empresa acude en los días siguientes a recoger el animal con un camión donde a su vez hay ya animales muertos de otras explotaciones sin saber si esas muertes se han debido a accidentes o por enfermedades, lo que, coinciden medios ganaderos, supone un riesgo para la sanidad animal.
"Esto es un auténtico despropósito", señala el responsable de la sectorial de porcino, Antonio del Barrio. "En lugar de solucionar un problema, existe el peligro de provocar un desastre en toda la cabaña"
Según un estudio de la Universidad de Murcia, el sistema actual es un peligro para la bioseguridad, y Bruselas estudia la posibilidad de excepciones para que se siga aplicando el enterramiento controlado cuando se trata de zonas alejadas.
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