Chile recuerda la inagotable figura de Pablo Neruda treinta años después de su muerte
El presidente Ricardo Lagos presidió el homenaje al poeta en su antigua casa de Isla Negra
En el mundo, Pablo Neruda es más conocido que su país. Son más las personas que saben quién fue el poeta que aquellos capaces de decir dónde está situado Chile, según un sondeo citado por un funcionario de La Moneda. Ayer, cuando se cumplían 30 años de la muerte del premio Nobel de Literatura de 1971, el presidente Ricardo Lagos protagonizó el homenaje principal al autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, realizado en la residencia del poeta en el balneario de Isla Negra, a 120 kilómetros de Santiago, conservada como museo y donde están sepultados sus restos.
"Rendimos homenaje a Neruda, al poeta, al político, al orador, al memorioso, al que reiventó la historia de América (...), al senador, al embajador, a un hombre que siempre fue fiel a los ideales de cambio y comprometido en ello", enumeró Lagos, resaltando las múltiples dimensiones del autor de tantos versos inolvidables durante el siglo XX. "Quizá si la poesía lo hizo inmortal, la política lo hizo mortal", afirmó, aunque Neruda supo hacer ambas actividades como un modo "de estar presente entre los suyos con el canto inspirado del poeta y la tesonera laboriosidad del político y del servidor público", agregó el Jefe del Estado chileno.
La ceremonia era una deuda que el país tenía con el poeta, que murió a los pocos días del golpe militar de Augusto Pinochet, víctima del cáncer y de la depresión que le causó el cruento fin del Gobierno de Salvador Allende. Aunque fue sepultado en una ceremonia masiva, donde se gritaron las primeras consignas contra el dictador, con una vigilancia a distancia de los soldados, Neruda se quedó sin más homenajes que el dolor de su pueblo: con dignidad, su viuda, Matilde Urrutia, se negó a recibir el pésame que le envió la Junta Militar. Las casas del poeta habían sido allanadas y saqueadas. Después de su muerte la dictadura quiso en vano ocultar, empequeñecer y trivializar al poeta por su militancia comunista.
Saldar una deuda
Con el acto frente a la tumba del poeta y su viuda, Lagos buscó saldar parte de la deuda de los chilenos con Neruda. La ceremonia fue también el punto de partida para la celebración del centenario del nacimiento de Neruda, que se cumplirá el 12 de julio de 2004. Las actividades previstas para los próximos meses, algunas todavía sin calendario preciso, son intensas y heterogéneas, organizadas por una comisión asesora presidencial. Se contempla una exposición de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada ilustrada por pintores, el montaje de su única obra teatral, Fulgor y muerte de Joaquín Murieta, en un parque de la capital, muestras de sus caracolas y libros, emisión de sellos postales, el bautizo de un área silvestre protegida con su nombre. En Parral, ciudad natal del poeta, se erigirá un monumento.
Una de las tareas que Neruda no alcanzó a llevar a cabo, traer a Chile una exposición de dos de los principales muralistas mexicanos -José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros-, será ahora concretada. La televisión estatal prepara un documental sobre la huida del poeta de Chile, a través de pasos cordilleranos, cuando el Partido Comunista, del que era senador, fue ilegalizado en 1949. También será exhibido el documental Muerte de un poeta y su obra será debatida en encuentros.
El aniversario permitirá a Neruda volver a vivir. Ayer hubo actos en las tres casas del poeta. En los rincones y habitaciones de La Chascona,
la residencia de Santiago -bautizada así por la cabellera frondosa de Matilde, su última esposa-, poetas chilenos recitaron fragmentos de su obra durante todo el día ante el público. Tal como ocurrió con la figura de Allende hace unos días, Neruda recobra su estatura en Chile. Su figura incluso empieza a ser considerada con nuevos ojos por el mundo de los negocios. El presidente del Consejo Superior del Turismo, que agrupa a los empresarios del sector, Gabriel Délano, pidió al Gobierno rebautizar el aeropuerto de Santiago -que se llama Comodoro Arturo Merino Benítez- con el nombre del poeta, y ha abierto así una ruidosa polémica.
Babelia
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