Brasil quiere acoger una reunión entre las FARC y la ONU
El Gobierno de Brasil se mostró ayer favorable a acoger en su territorio un encuentro entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Naciones Unidas, según afirmó el ministro de Exteriores, Celso Amorim. Amorim destacó que el Gobierno de Brasil está dispuesto a ayudar a Colombia a buscar una solución pacífica del conflicto con la guerrilla y que Brasil siempre había abogado para que la ONU fuera la mediadora.
La información fue difundida ayer por varios diarios nacionales. Jornal do Brasil abrió su edición de ayer con este título: "Colombia busca la paz en Brasil". Al parecer, el encuentro entre las FARC y la ONU fue pedido por la guerrilla colombiana al secretario general de la organización, Kofi Annan, quien vio con buenos ojos la posibilidad de diálogo. El Gobierno de Brasil enseguida demostró su disponibilidad para albergar dicho encuentro. Precisamente, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, visitará Colombia el próximo día 16 de agosto.
A la pregunta sobre la voluntad de Brasil para mediar en el posible encuentro entre las FARC y la ONU, el asesor de la Presidencia de la República para asuntos internacionales, Marco Aurelio García, respondió ayer: "Vamos a esperar la reacción de Kofi Annan y, obviamente, la del Gobierno de Colombia". Y añadió: "Lo que siempre Brasil ha dejado muy claro es que está dispuesto a hacer todo lo necesario para una solución negociada de la crisis colombiana, pero no tomaremos ninguna iniciativa sin el consentimiento de aquel Gobierno".
Ya se dan los nombres de los que podrían ser los dos negociadores que se encontrarían en terreno brasileño: James LeMoyne, por parte de la ONU, y el comandante Raúl Reyes, por parte de las FARC, que cuentan con 17.000 hombres.
El Gobierno colombiano ha confirmado los planes para llevar adelante la reunión. El responsable de las negociaciones de paz colombiano, Carlos Restrepo, reconoció el domingo pasado que ya se habían dado los primeros pasos informales para que Brasil acoja la reunión.
