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Una línea directa con el pasado

Javier Sampedro

El profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente, ha utilizado un tipo especial de material genético, el ADN mitocondrial, para la identificación de los restos de Emilio Silva. El ADN mitocondrial tiene una ventaja: es entre 1.000 y 10.000 veces más abundante, en cualquier parte del cuerpo humano, que cualquier otro fragmento de material genético, y por tanto es mucho más fácil de recuperar en buen estado en unos restos que llevan casi 70 años enterrados. También tiene un inconveniente: la fiabilidad de la identificación es sólo del 99%.

"Formalmente, la prueba del ADN mitocondrial sólo permite no descartar que los restos sean de Emilio Silva", explica Lorente. "En este caso, sin embargo, había pruebas previas obtenidas del examen de los huesos, como la estatura, el sexo y la dentición, y el ADN mitocondrial se puede considerar una confirmación".

Casi todo el ADN humano está contenido en el núcleo de cada célula, y proviene a partes iguales del padre (a través del espermatozoide) y de la madre (a través del óvulo). Pero una pequeña parte está fuera del núcleo, en unos orgánulos (pequeños órganos dentro de cada célula) llamados mitocondrias. Durante la fecundación, sólo el óvulo aporta mitocondrias, y por tanto sólo la madre (no el padre) transmite el ADN mitocondrial a los hijos, sin mezcla de ningún tipo.

Ésta es otra gran ventaja del ADN mitocondrial. Con el ADN normal (el del núcleo), los hijos de Emilio Silva sólo comparten con él la mitad del ADN, los nietos una cuarta parte, los bisnietos una octava parte, etcétera. Esa dilución no se da con el ADN mitocondrial: la madre de Emilio Silva transmitió el ADN mitocondrial intacto a todos sus hijos (incluido Emilio) e hijas. Una de estas hijas lo transmitió intacto a sus hijos e hijas, y una de éstas a su hija: Rosa Silva, la sobrina nieta de Emilio que se ha usado en la comparación. Emilio y Rosa sólo comparten una octava parte de su ADN nuclear, pero tienen exactamente el mismo ADN mitocondrial: una gran ayuda para la identificación.

Que la fiabilidad de la identificación no sea del 100%, sino del 99%, se debe a que Emilio (y Rosa) comparten esos mismos marcadores mitocondriales con el 1% de la población de etnia caucásica. Ésta es la otra cara de la moneda de la gran estabilidad con que se transmite el ADN mitocondrial de una generación a otra: Emilio, Rosa y 400.000 españoles vivos descienden de una mujer que vivió hace milenios en algún lugar de Europa.

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