Bush proclama que, tras la victoria en Irak, la guerra contra el terrorismo continúa
El presidente de EE UU convierte la lucha por la seguridad nacional en su bandera electoral

George W. Bush embarcó en el portaaviones Abraham Lincoln, el más rotundo símbolo de la potencia militar estadounidense, para anunciar al mundo que su "misión" no había concluido y que, tras "la batalla de Irak", la guerra contra el terrorismo seguía en marcha. Bush quiso consagrar para siempre su imagen de presidente-soldado vistiéndose de piloto, volando en un avión de combate y tomando los mandos durante unos minutos. El discurso pronunciado en la cubierta del buque dejó claro que la seguridad nacional y la agresividad en el exterior serían las banderas para su reelección en 2004.
[Por otra parte, el superministerio de Interior de EE UU aseguró anoche que Al Qaeda planeaba un atentado del estilo del 11-S contra el consulado norteamericano en Karachi (Pakistan). Esta acción suicida, que estaba avanzada en su planificación, se iba a llevar a cabo con una avioneta o helicóptero cargado de explosivos. No dio detalles de cómo obtuvo esa información ni de si hubo detenidos.]

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