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GUERRA EN IRAK | El futuro gobierno

Irak abre el difícil camino a la democracia

La reunión de la oposición iraquí en Nasiriya tropieza con los recelos al papel de EE UU

Ángeles Espinosa

La cita de ayer en la ciudad de Nasiriya mostró los puntos débiles del plan estadounidense para el Irak pos-Sadam. La voluntad declarada de firmar el acta de nacimiento de un Irak "libre y democrático" tropezó con el recelo de muchos iraquíes hacia el papel que se ha arrogado Estados Unidos y el exilio que patrocina. Lo expresaron con gran sencillez los miles de chiíes que se manifestaron ante la base militar donde se celebró la reunión. "No a Estados Unidos. No a Sadam", rezaban sus pancartas. En el resto del país predomina un sentimiento similar. Pero la conferencia no podía fracasar y se acordó reanudar las discusiones dentro de 10 días, a ser posible con más participantes.

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Entre el centenar de delegados reunidos a la sombra del zigurat de Ur no estaba ninguno de los líderes de la oposición iraquí. Los grupos participantes, kurdos, suníes y chiíes, casi todos miembros de la organización paraguas Consejo Nacional Iraquí (CNI), decidieron enviar representantes de segundo rango a tantear el terreno.

Conscientes de las dificultades, los propios responsables estadounidenses habían rebajado las expectativas de que de Nasiriya saliera ya el Gobierno provisional que necesita Irak. La población se mantenía escéptica.

La primera dificultad estriba en quién va a dirigir esa Administración transitoria que lleve al país hasta la celebración de unas elecciones democráticas en un plazo razonable de tiempo. El principal candidato de Estados Unidos, el líder del CNI, Ahmed Chalabi, no sólo carece de popularidad dentro de Irak, sino que suscita los recelos de la mayoría de los grupos de oposición. El propio Chalabi, consciente de su embarazosa posición, prefirió no asistir a la reunión y quedarse en Londres. Su número dos, Mohamed Mohsen al Zobaidy, ya está en Bagdad tomando decisiones.

Los iraquíes resienten la interferencia de EE UU en ese proceso, aunque muchos admiten su incapacidad para presentar alternativas después de 30 años de dictadura. El administrador designado por Washington, el general retirado Jay Garner, renunció a presidir la conferencia de Nasiriya para evitar susceptibilidades. "¿Qué mejor cumpleaños puede tener un hombre que celebrarlo no sólo donde empezó la civilización, sino también donde a partir de hoy comenzará un Irak libre y democrático?", dijo Garner, que ayer cumplía 65 años.

"EE UU no tiene ningún interés en gobernar Irak", subrayó por su parte el enviado de la Casa Blanca, el afgano Zalmay Khalilzad. "Lo que queremos es que ustedes establezcan su propio sistema democrático basado en las tradiciones y valores iraquíes". "Les instamos a que aprovechen esta oportunidad para ponerse de acuerdo entre ustedes", concluyó Khalilzad.

"Irak necesita un Gobierno provisional. Cualquier otra cosa interferiría con los derechos del pueblo iraquí y haría que volvamos a la era de la colonización", advirtió Abduraziz al Hakim, representante del mayor grupo opositor chií, la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica. Abduraziz es hermano del líder de esa formación, con base en Irán, el jeque Mohamed Baquer al Hakim. Sin embargo, importantes dirigentes chiíes de dentro de Irak, como los ayatolás Alí Sistaní o Mohamed Said al Hakim (primo de Mohamed Baquer), no enviaron delegados a la reunión de Nasiriya.

"Su Santidad no ambiciona ningún cargo", explicó un portavoz de Sistaní a esta enviada. "Él no toma ninguna posición política porque trabaja por todo el pueblo y rechaza las luchas sectarias". De todas formas, coincide en los objetivos últimos: "Queremos un Irak gobernado por los iraquíes y unido, nos oponemos a que nos gobierne el ocupante". Una reflexión similar hizo el portavoz de Mohamed Said al Hakim: "Deseamos que los iraquíes vivan en paz y con prosperidad, pero nosotros no queremos interferir en la política".

Incluso entre los delegados chiíes (una comunidad que supone el 60% de la población iraquí) hay diferencias sobre el modelo de país que quieren. El jeque Ayad Amal al Din, dignatario religioso de Nasiriya, apremió a los delegados a formar un Gobierno laico.

"Aquellos que quieren separar Estado de religión, simplemente están soñando", le respondió el también chií Nasar Husein Musawi.

Los kurdos, por su parte, no dieron muestras de estar dispuestos a alcanzar un compromiso sobre las fronteras de su región autónoma. Tanto la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) como el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) desean que la autonomía incluya la ciudad petrolera de Kirkuk y los distritos kurdos de la provincia de Nínive. Ni los árabes iraquíes ni sus vecinos turcos ven con buenos ojos estas pretensiones.

[En Narisiya, a tres kilómetros del lugar de la reunión, tuvo lugar una gran manifestación, informa BBC. Unos 2.000 chiíes locales salieron a la calle, con muestras visibles de irritación, para protestar porque sus voces no se estaban escuchando en la reunión. Sus representantes, dijeron, no se encontraban allí, y del proceso de diálogo no saldrá un acuerdo justo.

Los congregados, según Efe, gritaban "viva la libertad, abajo Sadam Husein, abajo Bush". "Queremos un Irak libre gobernado por todos los iraquíes, sean de origen kurdo, chií o suní", dijo a los periodistas uno de los participantes en la protesta.

En el otro extremo de la ciudad, en la tienda de campaña donde se celebró la reunión, Garner se mostró orgulloso de "levantarme en la ciudad de Abraham, cuna de las civilizaciones, que también será la cuna de la democracia en Irak".]

Representantes de la mayoría de los partidos y grupos de la oposición iraquí, en la reunión celebrada ayer en una base militar cerca de Nasiriya.
Representantes de la mayoría de los partidos y grupos de la oposición iraquí, en la reunión celebrada ayer en una base militar cerca de Nasiriya.AP

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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