Su hija Elena pide respeto al PP

Elena Aub, una de las tres hijas de Max Aub y presidenta de la fundación que cuida en Segorbe (Castellón) del legado del artista y militante socialista, unió ayer a su "No a la guerra" un "No al insulto, el empujón y el terrorismo que precede a la guerra", en referencia a los ataques sufridos por sedes y miembros del PP.

"Mi padre no hubiera aprobado que se llame fascistas y asesinos a personas que son demócratas y que han sido elegidas por el pueblo", dijo Elena Aub durante la inauguración madrileña de la exposición El universo de Max Aub. "Yo no soy del PP", aclaró la presidenta de la Fundación Aub, cuyo presidente de honor es José María Aznar, "pero hay que respetar a los partidos. Los insultos no llevan a nada bueno. Y los asaltos, tampoco".

Al terminar sus palabras, Elena Aub fue efusivamente besada y abrazada por Consuelo Ciscar, subsecretaria de Promoción Cultural de la Generalitat valenciana, que presidió la inauguración, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, de esta muestra que coorganiza su departamento con la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC).

Vestida de rojo taurino, Ciscar obvió en su alocución la condición roja de Max Aub, hizo un profuso recuento de las actividades del centenario y destacó, eso sí, el carácter "innovador, comprometido y versátil" del autor, y su pertenencia a la "vertiente cultural española forjada en las duras condiciones del exilio".

También estaba allí Luis Miguel Enciso, presidente de la SECC, que coorganiza la exposición. Enciso recordó a Aub como un "personaje rico, complejo y proteico", que mantuvo sus ideas socialistas "hasta el fin de sus días", para acabar diciendo: "Fue un hombre de bien y un español dolorido que trató de readaptarse a la España franquista y que no pudo".

En el catálogo de la exposición, Elena Aub escribe que a su padre le hubiera gustado compartir su centenario "con todos aquellos que, derrotados, no perdieron su conciencia de hombres libres".