Las Jornadas Críticas sobre propiedad intelectual piden nuevos tipos de derechos de autor
Menos copyright y más copyleft. Éste es el mensaje principal de las Jornadas Críticas sobre la Propiedad Intelectual, que se han celebrado desde el viernes hasta ayer en dos centros socioculturales del barrio de Lavapiés de Madrid, La Casa Encendida, de Caja Madrid, y El Laboratorio 3, un espacio okupado pendiente de desalojo. Tanto organizadores como invitados han explicado en qué consisten las diferentes propuestas de copyleft, un término que sustituye la palabra inglesa "derecho" por "izquierdo".
Amador Fernández-Savater, miembro de la Universidad Nómada, uno de los colectivos organizadores, cuenta que "no se trata de que los creadores renuncien a ganar dinero con sus obras, sino de asumir que las nuevas tecnologías de copia, como las grabadoras de CD y DVD, están al alcance de muchísimos usuarios. Lo mismo ocurre con Internet y otras herramientas que facilitan enormemente la distribución. Es un fenómeno que el actual modelo de copyright no puede controlar".
¿Qué hacer frente a esta realidad? Los diferentes tipos de copyleft tienen la misma base legal que el copyright, pero el creador cede voluntariamente algunos derechos. Por ejemplo, la versión digital del periódico gratuito 20 minutos permite copiar y hasta modificar sus informaciones siempre que se cite la fuente. Es una forma indirecta de conseguir publicidad y, a la larga, más visitas para el sitio web. "Este tipo de copyleft es especialmente interesante para los libros de texto y los diccionarios", añade Fernández-Savater. El colectivo de escritores Wu Ming ha vendido en Italia más de 200.000 ejemplares de su novela Q, a pesar de que permitían copiar el libro entero siempre que no se modificara.
Informática
Otro ejemplo es la industria informática que se ha creado en torno a sistemas operativos libres como Linux, que ya utilizan un 5% de los usuarios y el 70% de los servidores de Internet. Marcelo d'Elia Branco, responsable del Proyecto Software Livre de Rio Grande do Sul, asegura que en este Estado brasileño "muchas empresas están floreciendo con la venta de asistencia técnica en vez de licencias para utilizar los productos".
D'Elia Branco recuerda que "instalar Windows junto con el paquete de programas Office en un solo ordenador cuesta lo mismo que exportar 23 barriles de petróleo. Si queremos que los brasileños tengan acceso a Internet sólo podemos hacerlo con software libre, que por otro lado es más seguro y sólido que muchos programas propietarios".
La música fue otro de los ámbitos creativos sometidos a examen. Félix Suárez, colaborador de la revista Rockdelux, explicó que "el copyright funciona como freno del avance musical en muchos géneros como el hip-hop o el bootleg, que utilizan el sampler ampliamente para obtener bases rítmicas o melodías que luego se modifican de manera creativa".
Babelia
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