Powell y Straw estudian un ultimátum a Irak
EE UU, Reino Unido y España negocian cambios en el texto para salvar su resolución
Naciones Unidas se dispone a vivir hoy el que podría ser su último gran debate público antes de la guerra. La comparecencia de los máximos responsables del proceso de desarme en Irak, Hans Blix y Mohamed el Baradei, que informarán sobre sus recientes progresos y posiblemente propondrán un nuevo programa de trabajo, servirá para mostrar de nuevo las profundas fracturas que dividen el Consejo de Seguridad. En este clima de tensión, se estudian iniciativas diplomáticas capaces de desatascar la situación. EE UU, Reino Unido y España, que no consiguen sacar adelante su proyecto de resolución, barajaban anoche, como fórmula de compromiso, introducir un párrafo que imponga un ultimátum de dos o tres días a Sadam Husein.
México y Chile creen que la nueva resolución es una declaración implícita de guerra
La jornada será larga y complicada. Los ministros de Exteriores que han viajado a Nueva York -entre ellos el jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, y sus homólogos de Francia, Reino Unido, Alemania y España, Dominique de Villepin, Jack Straw, Joschka Fischer y Ana Palacio-, tenían previsto reunirse durante todo el día para buscar una salida al atolladero diplomático en el que se encuentran metidos.
En un esfuerzo de último minuto, Washington, Londres y Madrid estudiaban proponer al Consejo de Seguridad la idea de imponer un ultimátum de dos o tres días a Sadam Husein para obligarle a demostrar que ya no posee armas de destrucción masiva. La iniciativa, indicaron fuentes de la ONU, se incluiría en un nuevo párrafo del borrador de la resolución que los tres países presentaron la semana pasada, y que acusa al régimen iraquí de haber desaprovechado la "última oportunidad" de desarmarse.
Powell, Straw y Ana Palacio tenían previsto reunirse anoche para discutir los detalles de una posible fórmula de compromiso.
"Cuando nuestro embajador presentó la resolución, no descartó que se hicieran cambios", dijo Straw en una críptica rueda de prensa en la ONU, en la que quedó claro que las estrategias se van improvisando a cada minuto. El ministro británico no dio más precisiones y mantuvo todo el suspense. "Si en los próximos días levantamos la presión, Irak nunca se desarmará".
Mucho dependía ayer de la respuesta de los seis países indecisos del Consejo. Tanteados por Straw, México y Chile recibieron la idea con poco entusiasmo. Los dos miembros latinoamericanos consideran la resolución tripartita, incluso con un nuevo párrafo, como una declaración implícita de guerra, indicaron fuentes de la ONU.
La idea de adoptar una nueva táctica surgió después de que Francia, Alemania y Rusia reafirmaran su rechazo a cualquier proyecto de ataque, declaración que fue respaldada ayer por China. Pese a las numerosas presiones, Washington, Londres y Madrid seguían sin contar con los nueve apoyos necesarios y no estaban seguros de poder presentar su texto a votación la próxima semana, como tenían previsto.
Otras propuestas
La ONU era ayer un hervidero de propuestas y contrapropuestas. Una iniciativa canadiense de imponer de plazo a Irak hasta el 28 de marzo volvió a tomar fuerza, respaldada y ampliada por Pakistán hasta mediados de abril. Para muchos indecisos seguía siendo un margen de tiempo demasiado corto. El memorándum propuesto por Francia, Alemania y Rusia, que habla de cuatro meses para los inspectores, es excesivamente largo para otros.
En una situación de total parálisis se barajaban incluso las peores hipótesis: que Estados Unidos decidiera retirar el proyecto ante la falta de consenso o se enfrentara a una humillante derrota en una votación. "Tampoco sería tan malo que EE UU actuara sin el respaldo del Consejo; así la ONU podría llegar a Irak para dirigir la labor de reconstrucción con las manos limpias", comentaba el embajador de uno de los diez países no permanentes.
En este ambiente, los dos responsables del desarme en Irak, el jefe de los inspectores, Hans Blix, y el responsable del Organismo Internacional para la Energía Atómica, Mohamed el Baradei, tendrán un impacto especial.
Blix debería incluir tres elementos en su presentación: su último informe, en el que ha calificado de "muy incompletos" los progresos de desarme en Irak en los tres últimos meses; un primer balance de la destrucción de los misiles Al Samud 2, que Bagdad inició bajo presión de la ONU hace una semana, y una lista de cuestiones pendientes, que podrían constituir la base de un nuevo programa de trabajo.
Esta última parte implicaría, muy a pesar de Londres y Washington, que las inspecciones tienen un futuro. "No sólo queremos oír un resumen del pasado, sino los planes de los próximos meses. Será el punto crucial de la comparecencia de Blix", indicó un diplomático europeo.
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