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AMENAZA DE GUERRA | La situación en Europa

París y Berlín resucitan el proyecto de una Europa de dos velocidades

España rechaza la idea porque "supondría la ruptura total de la UE"

Carlos Yárnoz

Francia y Alemania han resucitado la idea de crear un núcleo duro de países que avancen más rápidamente que el resto en la construcción europea. El proyecto, según fuentes oficiales de ambos países, ha sido tratado en las conversaciones del canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jacques Chirac, quienes pretenden solventar así algunos problemas derivados de la próxima ampliación de la UE a 25 Estados.

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Chirac y Schröder han comentado la posibilidad de anunciar el proyecto antes de que la Convención sobre el futuro de Europa concluya sus trabajos el próximo junio. Extraoficialmente, sin embargo,Joschka Fischer, el ministro alemán de Exteriores, por ejemplo, lo ha comentado ya entre otros al titular belga, Louis Michel, y a la española Ana Palacio. Para sus dos promotores, se trataría de que, una vez lograda la unión económica, los países que quieran avanzar más deprisa en la unión política lo hagan por su cuenta y, en el futuro, quede abierta la posibilidad de que otros se sumen.

La noticia, coincidente con los trabajos que desarrolla la Convención para definir cómo será Europa tras la ampliación a 10 nuevos Estados a partir de mayo de 2004, está causando preocupación entre los Quince, la mayoría de los cuales teme un excesivo protagonismo de París y Berlín. Para mitigar o incluso anular el proyecto, Italia propuso oficialmente el mes pasado que los seis Estados fundadores de la UE (Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo) presentaran en la Convención iniciativas conjuntas sobre cómo debiera funcionar Europa en el futuro, pero la idea cayó en saco roto dado el escaso peso de Silvio Berlusconi, primer ministro italiano, en la actual Unión.

Fuentes oficiales belgas indicaron que el proyecto franco-alemán "es una idea para estudiar con detenimiento", mientras en medios oficiales españoles se rechaza frontalmente esa hipótesis "porque supondría la ruptura total de la Unión", basada en un equilibrio entre Estados "y no en una aceptación forzosa de lo que decidan los dos grandes". Bélgica y España parecen reflejar las posiciones más alejadas. Más próximo a Bélgica se situaría Holanda, y el Reino Unido estaría más cerca de España.

"La tentación de hacerlo siempre ha estado ahí", reconocen fuentes diplomáticas en Bruselas, que recuerdan que en la primavera de 2000 esa apuesta por la Europa de dos velocidades fue defendida por Chirac, Fischer y el ex presidente de la Comisión, Jacques Delors. El ministro alemán habló entonces de crear "un núcleo de vanguardia" en la UE, "un centro de gravitación" en el que sería indispensable "una profunda cooperación franco-alemana".

Meses después, y tras la tormentosa cumbre europea de Niza, el eje franco-alemán entró en una grave crisis y ni París ni Berlín volvieron a enunciar la idea. Ese eje se revitalizó en octubre con el pacto franco-alemán que desatascó las complejas negociaciones de adhesión de los 10 países candidatos. Y se ha fortalecido al máximo por las posiciones que ambos mantienen frente a Estados Unidos por la crisis de Irak.

Es la tensión originada en Europa por esta crisis la que, coinciden varios diplomáticos, ha hecho que Berlín y París se decanten aún más por la fórmula de las dos velocidades en la UE. Son precisamente los países más reacios al núcleo duro, y los candidatos, los que se han alineado con Washington, mientras que Alemania, Francia y Bélgica son los más críticos con EE UU. Pero, a la vez, la zanja abierta entre unos y otros puede aconsejar "un probable retraso" en la presentación del proyecto, según fuentes francesas.

"Madrid y Londres están reaccionando para dificultar el plan franco-alemán", opinan en la Comisión. Para estas fuentes, la posición de España puede suponer graves consecuencias para Madrid, sobre todo a la hora de negociar el futuro de los fondos europeos, pero a la vez recuerdan que París y Berlín no pueden ser "excluyentes" en sus planteamientos.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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