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Reportaje:AMENAZA DE GUERRA | Las consecuencias

Campos para un millón de refugiados

Las organizaciones humanitarias se preparan para una marea de cientos de miles de iraquíes en caso de guerra

Mientras las principales potencias mundiales debaten sobre la crisis en Irak, las organizaciones humanitarias ya se preparan para un escenario de conflicto. El estado en que se encuentra el país, calificado ya antes de la posible guerra como de catástrofe humana, hace prever que las consecuencias de un nuevo enfrentamiento en el golfo Pérsico serán desastrosas.

En un país donde 13 de cada 100 niños mueren antes de los cinco años y 15 millones de personas, el 60% de la población, dependen de la ayuda internacional, el inicio de un conflicto bélico puede provocar, entre otras graves consecuencias, una oleada de más de un millón de refugiados, según estudios de diversas organizaciones.

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Las agencias de Naciones Unidas, en estrecha colaboración con las principales ONG, dividen sus esfuerzos entre las campañas de prevención que buscan evitar la guerra y las de preparación para contener el posible drama humanitario. Desde noviembre de 2002 trabajan en la selección de posibles sitios para la instalación de campos de refugiados y en asegurar su viabilidad en temas cruciales como el acceso al agua potable, un tema de vital importancia en una región caracterizada por sus extensos desiertos. Más allá de la preparación de tiendas de campaña y de letrinas, mayores precisiones dependerán de las características propias de una guerra que todavía está en el papel.

El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, ha pedido a los países donantes un aporte de 37,4 millones de dólares (35 millones de euros) para financiar los llamados planes de contingencia. Annan ha invitado a los miembros del Consejo de Seguridad para discutir posibles soluciones al problema humanitario, de cara al encuentro internacional que se producirá el próximo fin de semana con tal objetivo en Ginebra.

Buena parte del dinero pedido por Kofi Annan, unos 19 millones, serán destinados al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), responsable de la instalación de los campamentos. Este organismo deberá asegurar que los seis países vecinos a Irak no pongan obstáculos en sus fronteras al movimiento de personas, un derecho garantizado en casos de guerra por la Convención de los Refugiados de 1951.

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Jordania, Irán, Turquía, Siria, Arabia Saudí y Kuwait deberán asumir la llegada masiva de personas, en una región que ya acumula millones de refugiados como cicatrices de una larga serie de conflictos que la han marcado en los últimos 50 años.

- Jordania. Ammán será uno de los principales centros logísticos de las organizaciones humanitarias en la región, tras la oficina central que se establecerá en Chipre. Las buenas vías de circulación garantizan una comunicación rápida con los principales centros urbanos iraquíes, especialmente con Bagdad. Jordania espera la llegada de hasta 400.000 refugiados, y de hecho, los primeros grupos de iraquíes ya han comenzado a cruzar la frontera, según ha constatado Médicos Sin Frontera (MSF). El Gobierno jordano se ha mostrado reticente a la apertura de su frontera, y aduce que todavía alberga a más de 100.000 refugiados de la guerra del Golfo de 1991.

- Irán. Con más de un millón de refugiados en su territorio, según ACNUR, Irán es en la actualidad el segundo mayor campamento del mundo, después de Pakistán. El país se encuentra presionado por dos fuegos: mientras en su frontera oriental se acumulan todavía más de 800.000 afganos, ahora debe prepararse para recibir desde occidente a unos 500.000 iraquíes, el mayor grupo de refugiados de la nueva crisis. Cerca de 20 sitios para campamentos a lo largo de la extensa y conflictiva línea fronteriza con Irak ya han sido seleccionados, en lo que son las gestiones más avanzadas de los seis países vecinos. Irán todavía alberga a más de 200.000 iraquíes de la guerra de 1991.

- Turquía. El país tiene previsto la instalación de 12 campamentos en el norte de Irak, y 6 en su propio territorio. Turquía recibió más de 500.000 kurdos en la guerra de 1991, una situación que ahora puede repetirse. "El país no quiere la entrada de más kurdos, pero es muy probable que éstos aprovechen la situación para dejar sus pésimas condiciones de vida", dice Olivier Longue, director general de Acción Contra el Hambre, organización que ya trabaja en la región. El Gobierno turco extrema las medidas frente al tema de los kurdos, situación que está obstaculizando las tareas humanitarias: "Turquía no quiere tener ONG internacionales en la zona kurda", enfatiza el coordinador de emergencias de Oxfam Internacional, Fernando Almansa.

- Siria. Las organizaciones no prevén grandes movimientos de población hacia este país debido a las dificultades que el desierto impone a las comunicaciones, y a la gran distancia que separa a la frontera de las principales ciudades iraquíes. Aun así, Siria ya ha elegido los sitios para la instalación de al menos tres campos de refugiados.

- Arabia Saudí y Kuwait. Son los países más reticentes de la zona a recibir refugiados. La fuerte presencia militar de EE UU, sumada a las dificultades geográficas, serían, en todo caso, un obstáculo para el asentamiento masivo de personas.

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