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Unas vacas clónicas y transgénicas dan leche que facilita la producción de queso

Las terneras llevan copias extra de los genes de la caseína, la principal proteína láctea

Javier Sampedro

Un equipo científico vinculado al Gobierno neozelandés ha generado, combinando técnicas de clonación y modificación genética, nueve vacas cuya leche tiene un alto contenido en caseína, la principal proteína de la leche. Esta modificación puede servir para facilitar la producción de queso, ya que la caseína extra aumenta la velocidad de coagulación de la leche y la expulsión del suero lácteo. Las vacas y otros animales habían sido ya modificados para fabricar fármacos en la leche, pero ésta es la primera vez que la genética se usa en estos mamíferos para ampliar el campo alimentario.

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Tanto la clonación como la modificación genética ya se habían utilizado con éxito en las vacas. La primera consiste en tomar el núcleo de una célula adulta (que contiene el genoma), introducirlo en un óvulo (al que previamente se ha extraído su propio núcleo) e implantar en un útero el embrión resultante para que nazca una ternera clónica, es decir, genéticamente idéntica a la vaca de la que se obtuvo la célula original. La segunda consiste en añadir genes manipulados en el laboratorio a un óvulo fecundado para obtener terneras transgénicas.

El equipo de Götz Laible, de la empresa pública AgResearch, en Hamilton (Nueva Zelanda), ha combinado ambas técnicas para producir vacas con una leche rica en caseína. Los resultados se publicarán en el número de febrero de Nature Biotechnology, aunque la revista adelantó ayer el contenido en su edición electrónica.

La modificación genética es una técnica muy ineficaz cuando se usa en óvulos fecundados, pero muy eficaz en células cultivadas. Por esta razón, Laible y su equipo han tomado unos cultivos de células de vaca y les han añadido genes extra de caseína. Un gen es un segmento de ADN que contiene la información para fabricar una proteína. El gen de la caseína contiene la información para fabricar la caseína.

Las células de vaca en cultivo no forman una vaca espontáneamente. De ahí que los científicos hayan recurrido a la clonación. Han tomado núcleos de las células en cultivo (con genes extra de caseína) y los han introducido en óvulos de vaca. Los embriones resultantes fueron implantados en vacas. De 126 ensayos, los investigadores consiguieron 11 terneras. Todas son a la vez clónicas (genéticamente idénticas a las células cultivadas de partida) y transgénicas (puesto que llevan genes extra de la caseína). Los animales rondan ahora los dos años de edad.

El experimento ha fallado con dos de las terneras, pero las otras nueve producen leche con extra de caseína. La leche de vaca contiene cuatro tipos de caseína, que juntas dan cuenta del 80% de las proteínas de la leche. Las dos más importantes se llaman beta y kappa (y ésos son los dos genes utilizados en este experimento). Las terneras de Nueva Zelanda producen leche con un 8%-20% más de lo normal de caseína beta, y el doble de lo normal de caseína kappa.

Tanto el aumento de la cantidad total de caseína como la nueva proporción entre los dos tipos facilitan la producción de queso, puesto que reducen el tiempo de coagulación (tras añadir el cuajo) y facilitan la expulsión del suero, que es la fracción líquida que debe descartarse. Como la caseína captura calcio, la leche clónica también tiene un contenido en calcio superior a la normal.

Todos los animales modificados por Laible hasta ahora son hembras. "El desarrollo de cabañas de alta producción requeriría la generación de toros transgénicos", señalan los autores. Sólo así podrían los genes extra de caseína propagarse por el método convencional (que en el ganado vacuno es la inseminación artificial).

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