El Gobierno admite fugas en el 'Prestige', que aún guarda más de 50.000 toneladas de fuel

Una nueva y voluminosa amenaza, tan viscosa, negra y tóxica como la que ha contaminado 911 kilómetros de costa gallega, está emergiendo desde las profundidades del mar, a 135 millas del cabo de Finisterre, donde reposan desde el 19 de noviembre los restos del Prestige. El batiscafo francés ha podido grabar en esa zona imágenes que demuestran que las fugas de fuel, que sale en forma de plastilina, son permanentes a través de cuatro grietas abiertas en el casco del petrolero. En los tanques del Prestige, según los cálculos oficiales del Gobierno, aún quedarían más de 50.000 toneladas de fuel. El resto ha provocado una grave catástrofe ecológica, hasta el punto de que la Xunta ha tenido que decretar la mayor prohibición de pesca de su historia, que afecta a 913 kilómetros de costa.

El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, acabó por confirmar ayer la sospecha que el Gobierno portugués consideraba una realidad desde hace una semana: el Prestige sigue expulsando fuel 16 días después de que se partiera en dos y se hundiera a 131 millas de Galicia.

Rajoy admitió ayer en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros fugas de fuel en la proa del barco. El vicepresidente usó las siguientes palabras para explicar unos vertidos de chapapote que había estado negando desde hace días: "En estos momentos, la estructura se encuentra deformada. Hay planchas dobladas hacia adentro. Se piensa que el fuel está aún enfriándose, salen unos pequeños hilitos, los que se han visto, hay en concreto cuatro regueros que se han solidificado con aspectos de plastilina en estiramiento vertical. Debe salir de alguna de las grietas. Están los técnicos estudiando que significa eso".

La declaración de Rajoy ampliaba la información oficial que había ofrecido algunas horas antes su departamento y que estaba cargada de misterio: "Se han realizado dos inmersiones con el batiscafo reconociéndose la sección de proa. Una de ellas fue técnica, para localizar la proa del Prestige y otra fue ya exhaustiva para comprobar el estado del buque. En ésta última, el tiempo de reconocimiento ha sido de cinco horas con tres horas adicionales para la subida y la bajada del bastiscafo (tarda una hora en hacer el recorrido). Según lo reportado por los técnicos, no se han encontrado, por el momento, grietas importantes".

En el Congreso, Rajoy minimizó al fuga: "En principio no se observa un deterioro importante de la zona de proa, que es la única que ha podido reconocerse. Solamente se observan algunos pequeños orificios y solidificado parte del líquido que, en condiciones inapreciables puede estar saliendo de la proa".

Grietas menos importantes

Esas grietas menos importantes han sido, a la postre, las que han dejado escapar el líquido contaminante. En el momento del hundimiento, el Gobierno admitió que se habían vertido al menos 6.000 toneladas de fuel como consecuencia de la ruptura de alguno de los tanques en que estaba depositado el combustible.

La sociedad oceanográfica que gestiona el Nautile firmó un contrato de colaboración con el Gobierno español a razón de 700.000 euros (más de 116 millones de pesetas) por ocho días de investigación a 3.600 metros de profundidad. El contrato establecía que las informaciones recogidas en las distintas inmersiones eran propiedad del cliente, en este caso el Gobierno español.

Al tercer día del trabajo del Nautile, el Gobierno admite unas fugas que añaden nuevos elementos de preocupación a un vertido que ya ha contaminado la costa gallega y que se extiende por otras tres comunidades españolas (Asturias, Cantabria y País Vasco) y amenaza a dos países, Portugal y Francia. El Gobierno español mantuvo en todo momento la teoría de que a esa profundidad, el fuel depositado en los tanques del Prestige se solidificaría como consecuencia de las bajas temperaturas, en torno a 2,6 grados centígrados.

Pero la evolución del fuel, según la confirmación del Nautile, tan sólo permitió convertir en líquido viscoso en una masa muy flexible, a modo de "plastilina", como la definió ayer Rajoy, que emerge a la superficie por las cuatro grietas detectadas en la zona.

Esta circunstancia fue anticipada hace varios días por los técnicos del Instituto Oceanográfico Portugués.

Los científicos portugueses tomaron muestras desde el primer día del hundimiento de las manchas existentes sobre la zona en que el Prestige se partió en dos. Cuando la gran mancha de más de 6.000 toneladas estaba a más de 100 millas del lugar del hundimiento y a punto de tocar la costa, el Instituto Portugués volvió a tomar muestras donde el Prestige se partió. Y esa última muestra, del día 29 de noviembre, fue analizada en los laboratorios portugueses. Se trataba del mismo tipo de fuel que habían recogido el 20 de noviembre en la misma zona del hundimiento.

Desde que el laboratorio hizo esta comprobación, los técnicos portugueses mantienen que el fuel sigue saliendo del Prestige. El Gobierno español lo negó hasta ayer.

Investigación francesa

Los investigadores franceses del Centro de Investigación y Esperimentación de la Contaminación de las Aguas (Cedre) también recalcaron que el fuel no se congelaría pese a las bajas temperaturas. "Es muy, muy denso. No habrá cristalización, en principio continuará siendo un producto fluido que fluye aunque no lo parezca a simple vista", declaró un técnico frances a la cadena Ser.

El centro de investigación frances está pendientes de nuevos estudios sobre el efecto del chapapote sobre las rocas. "Para evaluar la persistencia del fuel del Prestige desde el momento en que invade un litoral rocoso, se esta desarrollando una experimentación in situ a partir del 26 de noviembre pasado. Varias placas de granito, embadurnadas con la emulsión del Prestige, tomadas el 18 de noviembre en el mar, por el barco francés Ailette, se exponen directamente al oleaje. Un muestreo regular permitirá evaluar la cantidad de fuel que persistirá y prever de esta forma la eficacia de la autolimpieza", señalan.