Fraga pide perdón mientras arrecian las protestas sociales

Asediado política y socialmente como nunca en 12 años, el PP gallego ha emprendido el amargo camino de la rectificación. Tras los gestos de los últimos días en el Parlamento, donde los populares aceptaron una investigación sobre el accidente del Prestige y unieron sus votos a la oposición para reclamar la ayuda del Ejército, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, se disculpó ayer por primera vez ante la opinión pública: "Pido perdón si ha habido alguna falta".

Pero la disculpa apenas fue acompañada de autocrítica. El presidente admitió que "en algún momento pudo producirse alguna descoordinación", aunque no la atribuyó a errores humanos sino al "carácter incontrolable de los vientos". Por lo demás, sostuvo que ahora mismo "todas las necesidades están ya perfectamente cubiertas" y minimizó la multitudinaria manifestación del pasado domingo en Santiago: "Los que faltaban eran muchos más que los que estaban".

Algunos dirigentes del PP ya han sufrido personalmente la cólera de los afectados y ahora les amenaza un rosario de protestas sociales por toda Galicia. Fraga suspendió ayer la inauguración de un polideportivo y una estación de autobuses en Chantada (Lugo) después de que apareciesen por la mañana pintadas con chapapote. La Plataforma Nunca Máis ha convocado una manifestación para el domingo en la playa de Prevés, ante la residencia privada de Fraga. En Cangas do Morrazo, un centenar de alumnos de colegios e institutos se concentró ante el ayuntamiento. En A Coruña, 200 alumnos y profesores de la Escuela de Imagen y Sonido pasaron la noche encerrados en sus aulas. UGT y CC OO han anunciado un paro de cuatro horas el 13 de diciembre.