"Vamos porque el mar es de todos"

500 alumnos de la Universidad de Alcalá de Henares parten hacia Galicia como voluntarios

"Vamos porque el mar es de todos". Así argumenta, a pie de autobús, Juan Nieves, de 19 años y estudiante de segundo de Telecomunicaciones, por qué se ha unido a los 464 alumnos de la Universidad de Alcalá de Henares que ayer partieron como voluntarios rumbo a Galicia para ayudar a recoger fuel de las playas de Laxe, Vimianzo y Dumbría. "Nos han dicho que en cuanto sube la marea, la playa vuelve a quedarse negra, pero todo lo que quitemos no regresará al mar", explicó Gema de la Cruz, miembro del consejo de estudiantes de la universidad alcalaína, el órgano de representación estudiantil que ha coordinado la iniciativa.

No partían a la aventura. Han estado más de una semana preparándose. De la Cruz relata: "La Delegación del Gobierno allí nos ha garantizado el equipo necesario -las botas, traje, mascarilla y pala- y una charla previa sobre cómo realizar la tarea. Los ayuntamientos nos alojarán en pabellones deportivos, el Ejército ha enviado colchonetas y mantas, hosteleros locales nos darán el desayuno y la cena, y Cruz Roja la comida". Un grupo, formado por un representante de cada universidad pública madrileña se fue el lunes a Galicia a modo de avanzadilla.

De la Universidad de Alcalá han salido ocho autobuses. El 30% de los 30.000 euros que costarán lo pagará el consejo de estudiantes, y el resto, el recién creado vicerrectorado de Calidad Ambiental. De las otras cinco universidades públicas de Madrid han partido hacia Galicia otros otros 500 voluntarios. Regresarán el domingo por la noche.

Al pie de los autobuses se fueron reuniendo, desde las tres de la tarde, los voluntarios, con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años, con una mochila a la espalda y otra sobre el pecho, más las esterillas aislantes y los sacos de dormir. Ningún profesor se apuntó al viaje. Muchos de los voluntarios no han estado nunca en la costa gallega, ni militan en asociaciones ecologistas, pero las imágenes de la mancha negra vertida por el Prestige les ha movilizado. Sobre todo les han impactado las imágenes que han visto por televisión.

"Estoy haciendo una carrera que va sobre esto y no es cuestión de estar sentada viéndolo por la tele, sin hacer nada", dice Clara Bizarro, de 19 años y alumna de 2º curso de Ciencias Ambientales. Bizarro pasó el verano pasado unos días en Fisterra. "He visto en televisión esas mismas playas que tanto me gustaron... ¡negras, con las rocas llenas de crudo!, y no, no me ha hecho ninguna gracia", añade.

Mariano Sanz, 22 años, alumno de 5º curso de Ambientales aporta más razones para implicarse en la limpieza del fuel: "Con voluntarios no se va a eliminar el problema, pero sí se reducirá el tiempo de recuperación de la zona. Muchos granos de arena hacen una playa". Nieves añade: "Tendremos que cuidar nosotros el mar, ya que los que tienen que hacerlo no ponen los medios". Y Lucía Pérez, 21 años, de 4º de Medicina, agrega: "Es una catástrofe ecológica, pero también humana para un montón de familias que viven del mar. ¡Hay que ayudar!".

Antes de subir al autobús, el coordinador de cada vehículo les entrega un resumen informativo con datos sobre el naufragio, la mancha, la toxicidad del fuel, lo que van a hacer y cómo. "¿Que qué hay que hacer? Lo primero, reconocer que el problema es gordo, mucho más de lo que se está diciendo. Y, ¡por favor!, poner medidas para que no vuelva a suceder. Es una zona de una riqueza natural excepcional", subraya Luis Rodríguez, de 22 años y alumno de 5º Ambientales.