La UE refuerza el comercio con América Latina en tres acuerdos
La canciller chilena, Soledad Alvear, firmará mañana por la tarde en Bruselas con su homólogo danés, Per Stig Moeller, actual presidente del Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE), el acuerdo de asociación UE-Chile, rubricado en mayo en Madrid por el jefe del Gobierno español, José María Aznar, y el jefe del Estado chileno, Ricardo Lagos. El acuerdo se convertirá, junto al suscrito hace tres años con México, en la joya de la corona de las relaciones entre Europa y América Latina en espera de las negociaciones con Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), lastradas por la crisis económica que golpea al Cono Sur.
El comisario europeo de Relaciones Exteriores, el británico Chris Patten, niega que América Latina haya sido relegada por la ampliación de la Unión. Latinoamérica es un "socio vital para la UE, y no sólo para los países con quien tiene nexos históricos", declaró Patten el mes pasado, al recordar que quienes exportan más no son España o Portugal, sino Alemania, Francia e Italia.
La UE es el segundo socio comercial de América Latina y el primero de Mercosur y Chile. Las exportaciones europeas a la región pasaron de 17.000 millones de euros en 1990 a 54.500 millones en el año 2000, de los cuales más de un 20% son productos agrícolas. La Unión es el primer inversor en la zona (38.000 millones en 2000) y aporta cerca del 60% de la ayuda mundial que se destina allí.
El acuerdo con Chile es el más avanzado jamás suscrito por la UE con un país tercero. Liberaliza más del 95% de los intercambios industriales, pesqueros y agrícolas, servicios e inversiones en 10 años, así como la cooperación en política exterior y de seguridad. Tras el firmado con México, en julio de 2000, el comercio bilateral ha crecido casi un 29%. La idea es adelantar los plazos del desarme arancelario de los europeos, fijado en 2003 para los productos industriales mexicanos, y 2007 y 2012 para los industriales y agrícolas europeos.
Problemas con Mercosur
Mucho más conflictivo se presenta el final de las negociaciones con el bloque Mercosur, iniciadas a mediados de 2000. Se pretende, al menos, cerrarlas no más tarde de 2005, cuando la Administración Bush espera tener pactado el acuerdo de libre comercio para todo el continente americano.
"Algunos desean que la UE trate de competir en América Latina con EE UU. No es nuestra intención. EE UU tiene una relación geopolítica y estratégica que no puede tener ninguna otra región. Hay una continuidad geográfica, una gran interdependencia económica, unos problemas de seguridad comunes y un intercambio de población que no se puede comparar con el que existe entre América Latina y la UE", ha declarado Patten, al que algunos diplomáticos latinoamericanos tildan de ser menos sensible a los problemas de la zona que su antecesor, Manuel Marín. Al fin y al cabo, dicen, aunque sea sólo por un problema de idioma.
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