La FAO denuncia que seis millones de niños mueren cada año en el mundo por desnutrición
Millones de personas, de ellas seis millones de niños, mueren por desnutrición cada año, la mayoría en los países en vías de desarrollo, y cada día, 25.000 personas fallecen víctimas del hambre y la pobreza. La lucha contra el hambre ha sufrido un retroceso en el mundo, lo que hace complicado lograr el objetivo, fijado en 1996, de reducir a la mitad las personas desnutridas en 2015. Esta situación aparece reflejada en el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre El estado de la inseguridad alimenticia en el mundo 2002.
El documento -hecho público en la víspera del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra hoy- constata la existencia (entre 1998-2000) de 840 millones de personas desnutridas, de las que 799 millones son habitantes de los países en desarrollo, 30 millones de los países en transición y 11 millones de los países industrializados.
El director general de la FAO, Jacques Diouf, se lamenta en el prólogo del informe de una situación que 'sufren sobre todo, dolorosamente, las personas hambrientas, pero también sus comunidades, sus países, y la aldea global'.
En el periodo 1990-1992 y 1998-2000, la cifra de personas hambrientas apenas se redujo en dos millones y medio al año, y ello gracias a la media ponderada que solapa los buenos resultados en China, Vietnam, Tailandia y Perú, donde la malnutrición ha retrocedido considerablemente, y el desastre al que se asiste en varios países -sobre todo África subsahariana- donde el hambre ha aumentado.
'Para alcanzar el objetivo fijado en la Cumbre de la Alimentación de 1996', sostiene Diouf, 'es necesario que el número de personas desnutridas disminuya en 24 millones cada año, de ahora a 2015'.
El precio de la hambruna se cuenta no sólo en millones de seres humanos sometidos a una vida de carencias, que se extinguen en poco tiempo, porque la mala nutrición socava sus fuerzas y paraliza el sistema inmunitario, sino que tiene un reflejo en el desarrollo de los países.
En un nivel ligeramente superior al de la hambruna se encuentran los más de dos mil millones de personas con falta de lo que el informe denomina como 'micronutrientes'. Es decir, sus dietas carecen del aporte necesario de vitaminas y minerales, sobre todo de vitamina A y C y de hierro, yodo y zinc, esenciales para el desarrollo y el crecimiento de los seres humanos. La falta grave de estas sustancias puede provocar la ceguera y la discapacidad mental. 'En los países donde la situación es más grave', dice Diouf, 'la expectativa de vida no supera los 38 años, frente a los 70 años que alcanza en los 24 países más ricos del mundo'.
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