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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Volkswagen y la globalización

No descubro nada si señalo que donde se inicia la visualización de la crisis en una economía en retroceso, es en los sectores que producen bienes o servicios más superfluos, como el turismo o el automóvil. La crisis del sector turístico está empezando a asomar, y la crisis de la industria automovilística nos está dando las primeras bofetadas. Ayer SEAT y hoy Volkswagen Navarra.

Espero que la cita que voy a hacer al Manifiesto Comunista de Marx y Engels no haga perder SU interés por este asunto; dado que señalaba cómo 'la burguesía ha quitado a la industria su base nacional: las industrias nacionales están destruyéndose continuamente y son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas nacionales sino de paises lejanos; y cuyos productos no sólo se consumen en su propio país, sino en todas las partes del globo'. Y esto dicho en 1847, nos hace pensar que poco hemos evolucionado desde entonces: este proceso globalizador se ha generalizado.

Hace escasos días conocimos cómo la dirección de Volkswagen anunciaba el despido de 500 de los trabajadores de la planta de Landaben (que afectaría a unos 2.000 empleos indirectos de las empresas suministradoras). Y ante esta decisión, oímos al Presidente del Gobierno, Sr. Sanz, de UPN, señalar como una de las medidas a adoptar el incremento de la flexibilidad laboral. Desde los principios liberales e insolidarios de la derecha, es necesario mantener una desigualdad de oportunidades: frente a una injusta decisión del capital, de la empresa, el culpable siempre es el trabajador.

Si los beneficios previstos por Volkswagen en este año no se cumplen, se despiden trabajadores hasta que el mercado asegure mayores beneficios y los gobiernos liberales flexibilicen más el mercado de trabajo. Para ellos no hay medidas intermedias, que permitan repartir la carga: siempre la carga la debe soportar el de abajo.

En esta desigualdad de oportunidades sonroja el inmenso poderío del que gozan las grandes empresas multinacionales, cuya actividad productiva, financiera, de comercialización y venta, se desenvuelve en el mundo aprovechándose de las ventajas comparativas de los países: ahora Bratislava pugna con Pamplona. No son estas empresas factores siempre de progreso, sino que abusan del gran poder del que gozan ante los trabajadores, consumidores y ante los gobiernos que les dejan hacer.

La gran concentración de poder no tiene factores de compensación a escala global, pues mientras estas empresas funcionan a lo largo de todo el mundo, los sindicatos lo hacen a escala estatal y los gobiernos a escala regional.

Sólo un giro en la política económica, fiscal y laboral podrá ir limitando el macropoder que las multinacionales han alcanzado por un rumbo equivocado de la política y la economía. Quien ante una situación de imposición empresarial utiliza el Gobierno para apoyar los intereses de la empresa, proponiendo medidas de mayor flexibilización laboral y más ayudas económicas sin contraprestaciones, no atiende al interés general de Navarra; sino al interés de la multinacional.

La globalización favorece un crecimiento cuyos beneficios se distribuyen muy desigualmente; y este modelo de acumulación sustentado en los principios neoliberales contribuye decisivamente a ello. Este modelo que ha revolucionado el progreso tecnológico, que ha aumentado las oportunidades y las posibilidades a los sectores sociales más poderosos, nos está trayendo, al conjunto de la sociedad, tales privaciones que no son asumibles en comparación con los progresos alcanzados.

En estas condiciones, en lugar de sentarse las bases para resolver los problemas más graves que padecíamos, lo que se está consiguiendo es entorpecer las soluciones o acentuar las dificultades para lograr un orden más justo y equitativo. Por eso estaremos junto a los trabajadores de Volkswagen, de SEAT y del resto de empresas con dificultades, exigiendo un cambio en la política laboral, económica y fiscal de Navarra y del Estado, que prime el empleo y al trabajador por encima de los intereses del capital.

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