La literatura portuguesa más nueva y combativa desembarca en Liber 2002
La 20ª Feria Internacional del Libro abrió ayer sus puertas en Barcelona
Una docena de editores y 17 autores portugueses participan a partir de hoy en Liber 2002 en una serie de actos que pretenden mostrar la vitalidad cultural de Portugal, país invitado de la Feria Internacional del Libro, que se inauguró anoche en Barcelona. 'Durante años, los portugueses no conocían la historia de España, y viceversa', dijo Pedro Roseta, ministro de Cultura de Portugal. 'Por suerte, las cosas están cambiando no sólo en la literatura, sino en muchos otros aspectos, y cada vez hay más autores portugueses traducidos al castellano y al catalán'.
Entre los autores llegados a Barcelona no están ni José Saramago ni António Lobo Antunes, dos pesos pesados de la literatura portuguesa, pero, según el comisario de la delegación, Fernando Pinto do Amaral, se han seleccionado una quincena de nombres que presentan un variado panorama de la literatura portuguesa actual, con narradores como Agustina Bessa-Luís, Lídia Jorge, Inês Pedrosa, João de Melo, Alice Veira, Francisco Duarte Mangas, Luisa Costa Gomes y Mario Carvalho, poetas como Nuno Júdice, Gastao Cruz y Pedro Tamen, y ensayistas como Eduardo Lourenço.
'Creo que la primera característica de mi generación es el humor y la ironía sarcástica', comenta Inês Pedrosa (1962), autora de En tus manos (Destino) y una de las voces jóvenes más poderosas de Portugal. 'Este humor es a veces malentendido por la generación anterior, que está muy marcada por la dictadura y las guerras coloniales. Los mayores nos encuentran light, pero no es verdad. La literatura de los jóvenes aborda también temas políticos, aunque no sean novelas ideológicas. Hay, sin embargo, una crítica frente al sistema social que vivimos'. 'A los escritores nos es más fácil conectar con la generación de nuestros abuelos que con la de nuestros padres', añade Pedrosa. 'Yo, por ejemplo, me entendía mejor antes con autores como Cardoso Pires o Agustina Bessa-Luís, pero con el tiempo también me he relacionado con la generación inmediata anterior, en especial con Lídia Jorge o Pedro Tamen'.
Renovación
Bessa-Luís está considerada unánimemente en Portugal como 'una de las grandes'. Tiene traducidos al castellano libros como La sibila (Alfaguara) o Cuentos impopulares (Alianza). Otra autora muy valorada es Lídia Jorge (1946), que tiene traducidas al castellano unas cuantas novelas, entre ellas La costa de los murmullos (Alfaguara) y El fugitivo que dibujaba pájaros (Seix Barral). Lídia Jorge se manifiesta buena conocedora de la literatura española y admiradora de Mercè Rodoreda, Carmen Laforet y Buñuel. 'Un crítico dijo que el gran tema de los portugueses es Portugal', afirma. 'Los de mi generación le añadimos una historia íntima, sin renunciar a los grandes temas. Hay una parte de mis libros que también son sociales. Por ejemplo, El fugitivo que dibujaba... es una historia íntima que trata de una familia que pasa del campo a la ciudad, pero en él hablo también de los cambios del país vistos a través de esta familia'.
Autores y editores están de acuerdo en que los temas de la dictadura de Salazar y de las guerras coloniales marcaron la generación anterior, pero que en los últimos años hay una irrupción de nuevos nombres que está cambiando el panorama habitual. Autores como Pedro Rosa Mendes (1968) han revisitado en su obra lo que queda de aquel mundo colonial, pero hay editores que constatan que ha habido también una irrupción de literatura light descaradamente comercial.
Luisa Costa Gomes (1954), autora de las novelas Vida de Ramón (Edicions 62) y Educación para la tristeza (Alianza), se muestra especialmente combativa en contra de la proliferación de la literatura light. 'Pienso que hay una inflación editorial de productos industriales que no tienen ningún interés', apunta. 'Antes, la trayectoria de un buen editor era suficiente garantía para comprar un libro, pero ahora están dominados por el mercado y tienen que hacer cosas que en realidad no les gustan, con lo que se rebaja el nivel y se confunde al lector. El resultado es que una gran novelista, como Agustina Bessa Luís, aparece en las listas de éxito al lado de la literatura light. Antes yo creía que era posible un espacio para la industria y otro para la cultura. Ahora ya no lo creo. Sólo queda lugar para el mercado'.
En el campo de la poesía, nombres como Nuno Júdice y Pedro Tamen se presentan asimismo como una garantía de calidad, expresada en una obra que no pierde de vista las influencias europeas. Eduardo Prado Coelho (1944), ensayista y estudioso de la literatura y del cine de su país, destaca que en los últimos tiempos ha habido en Portugal un gran cambio de mentalidad. 'Nos educaron con la idea de un gran Portugal que se extendía por distintos continentes y después tuvimos que volver la mirada hacia Europa, cosa que implica un gran viraje', señala. 'La generación de ensayistas que empieza a escribir en los años sesenta es más cosmopolita y tiene como referentes a autores como Foucault, Barthes, Deleuze... Creo que es un buen momento para el ensayo, ya que tenemos autores de la talla de Eduardo Lourenço. De todos modos, en Portugal pasamos fácilmente de creer que somos geniales a pensar que todo es un desastre'.
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