Lavagna: "El FMI ha fallado en todos sus últimos pronósticos"

Un día antes de volar hacia Washington, donde asistirá a la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, el ministro argentino de Economía, Roberto Lavagna, arremetió ayer contra el organismo financiero, del que recordó actuaciones pasadas y al que responsabilizó por la falta de acuerdo con Argentina desde que este país se declaró en suspensión de pagos a finales de diciembre pasado.

Pese al tono ácido de sus palabras, el ministro aseguró que bajo ninguna circunstancia Argentina se va aislar de la comunidad internacional. 'Argentina ha cumplido siempre con sus obligaciones externas y lo va a seguir haciendo', dijo. Sólo 'puede haber dudas sobre el cuándo y el cómo', añadió. De las palabras de Lavagna cabe deducir que su Gobierno pagará con reservas del Banco Central los 329 millones de dólares en vencimientos de créditos con los organismos multilaterales que vencen de aquí a mediados de octubre.

El ministro reiteró la conocida posición argentina a favor de una reprogramación de todos los vencimientos de la deuda con los organismos internacionales de los años 2002 y 2003 que ascienden a 18.000 millones de dólares. Tras recordar que Argentina no está en suspensión de pagos con dichos organismos, a los que ha pagado en lo que va de año 3.400 millones de dólares, Lavagna dirigió una mirada al pasado: 'Cuando era obvio que la convertibilidad estaba agotada, las instituciones financieras internacionales acordaron con Argentina 9.000 millones de dólares, que tal como entraron salieron, por fugas de divisas o cancelaciones de créditos de prestamistas que suelen disponer de información privilegiada. El último acuerdo con el Fondo sólo sirvió para financiar la fuga de capitales'.

Responsabilidad interna

El ministro reconoció que 'la responsabilidad primera' de lo que hizo Argentina en materia económica desde los años 1994 y 1995 'es interna'. Aunque puntualizó: 'Todos estos años los organismos sostuvieron con ceguera ese modelo que condujo a una deuda y a un desempleo descomunales'. Del pasado al presente, Lavagna lanzó sus dardos a la actual cúpula del FMI. 'El organismo internacional ha fallado en todos sus pronósticos de los últimos tiempos. Hasta junio sostenía que Argentina estaba al borde de la hiperinflación, el colapso financiero y la recesión. La realidad desmintió este diagnóstico técnico. Le está costando mucho readaptarse a un nuevo diagnóstico y entonces introduce elementos políticos'.

Los datos que dice tener en su poder Lavagna avalan un acuerdo con el FMI. 'No hay ningún obstáculo técnico que lo impida', aseguró. Y para respaldar su afirmación dio una serie de cifras contenidas en una carta enviada recientemente por el presidente Eduardo Duhalde al director gerente del FMI, Horst Köhler, sobre la mejoría de la situación de Argentina: la inflación está por debajo del 2% (era del 10% en abril), la producción industrial ha aumentado el 6,7%, los tipos de interés oscilan entre el 30% y el 40% (eran del 200%), el dólar está estable, los bancos están reconstruyendo depósitos e iniciando políticas de crédito, en los últimos cuatro meses hay superávit fiscal primario y han aumentado las horas trabajadas. Cada punto de esta lista que fue desmenuzando Lavagna estuvo acompañado de la coletilla 'Duhalde le recuerda a Köhler que...' Además de estos datos, el ministro añadió que por primera vez desde 1999 el PIB del segundo semestre de este año es positivo (0,9%) en relación al primer semestre.

'Nuestra tarea es fácil y difícil', advirtió. 'Lo fácil es que los datos están ahí. Lo difícil es que a las tecnoestructurras les cuesta digerir errores de diagnóstico. Es más cómodo para los directores técnicos del FMI aferrarse a la vieja versión'. Entonces, ¿por qué no hay acuerdo? 'Pregúntele al Fondo, las condiciones técnicas están dadas. Preferimos acordar con el Fondo, pero veremos'. Ante las reclamaciones de los organismos internacionales de un acuerdo político entre el Gobierno y los diversos candidatos para las elecciones presidenciales convocadas en principio para marzo, el titular de Economía rechazó tajantemente cualquier cheque en blanco al FMI. 'Para hablar con seriedad con los candidatos hay que hablar con datos en la mano, y primero hay que cerrar la negociación'.

Lavagna presentó como uno de los mayores logros del Gobierno argentino el programa de asistencia social conocido como plan de jefes y jefas de hogar que, según dijo, ha tenido un impacto favorable hacia la reactivación (por los fondos que fueron al consumo) y ha permitido bajar la tensión social desde abril. 'Hay una enorme mejoría social relativa, pero el Fondo no logra percibir esas cosas con claridad', apuntó. En este sentido, subrayó que en cuatro meses la indigencia ha disminuido de 8,6 millones de personas (24,8%) a 5,6 millones (16%) gracias a los programas sociales.

Lavagna respondió, sin menciones explícitas, a las dudas que expresaron en Washington el lunes los máximos directivos del FMI sobre la administración de los programas sociales. Y lo hizo de manera contundente: para el Gobierno argentino los dos objetivos irrenunciables en cualquier negociación son los programas sociales y el compromiso de las provincias de no emitir más bonos. 'Si no hay acuerdo con el FMI cada cual tendrá que asumir sus responsabilidades', concluyó, sin especificar qué responsabilidades.