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"Los estadounidenses apoyan una guerra larga contra el terrorismo"

El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, ha asegurado, en los días previos al aniversario de los ataques del 11-S, que la opinión pública estadounidense está dispuesta a apoyar una guerra larga contra el terror y las fuertes inversiones en Defensa que ésta requiere. Asimismo, Rumsfeld advierte de la necesidad de adaptarse a las nuevas amenazas globales, para lo que hay 'que ser veloz y las grandes instituciones no siempre lo son'. A su juicio, es importante centrarse no sólo en el ataque a Irak, sino que hay que abordar esta guerra global y el problema de las armas de destrucción masiva desde una perspectiva más amplia.

Pregunta. Desde que usted tomó posesión de su cargo ha transcurrido un año y medio, de tragedias inesperadas y de no pocos éxitos también. ¿Cuáles han sido los días más importantes en este periodo?

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Respuesta. En los días que siguieron al 11-S... ver al presidente escuchar, hacer preguntas, comentarios y después tomar decisiones notables. Hay mucha gente que toma buenas decisiones de diferentes formas. A veces llegan a ellas después de mucho tiempo. Este presidente las abordó de una manera muy directa, concienzuda y con liderazgo. Tomó decisiones que luego con el tiempo han resultado ser ciertas. Es una suerte para este país que tuviéramos a alguien con esa capacidad ejecutiva y de liderazgo.

P. En la guerra contra el terror, Al Qaeda y sus redes son un enemigo virtual que tiene líderes, estrategia, presupuesto y son capaces de generar un daño terrible, pero no son un país. ¿Cómo piensa su Departamento luchar contra este enemigo virtual?

R. Lo primero es reconocer los hechos. Luego, además de los métodos tradicionales de disuasión y defensa, hay que aprender a vivir en este nuevo mundo. Hay que comprender la forma en que ha cambiado y la manera en que esos cambios perjudican a nuestro país y después concienciar a las instituciones de que existe la necesidad de organizarse, entrenarse y equiparse para vivir en este nuevo mundo. Hay que ser veloz y las grandes instituciones no siempre lo son. Son torpes y lentas. Poderosas con el tiempo, pero no diestras. En este nuevo mundo los terroristas aprenden cada día. Observan tu comportamiento y se adaptan a él con un coste relativamente bajo y en poco tiempo, y con poco entrenamiento. Nuestros cambios tienden a ser más lentos, más costosos y visibles.

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P. Usted piensa que poner el foco sólo en Irak hace que no se aborde la guerra global y el problema de las armas de destrucción masiva desde una perspectiva más amplia. Éso es difícil de explicárselo a los estadounidenses a los que no les ha afectado directamente el 11-S, excepto emocionalmente y psicológicamente. ¿Cómo se puede convencer a la opinión pública de la necesidad de una guerra larga?

R. Es parte de mi responsabilidad hacerlo y también es verdad que hay que tener una perspectiva más a largo plazo, si no, las decisiones diarias serán aleatorias, no serán constrastables con una estrategia definida. Hay que decidir una dirección y una velocidad.

P. Pero el estado natural de cualquier democracia es la paz. Los estadounidenses no quieren la guerra.

R. Pero mi impresión es que los estadounidenses son capaces de soportar esto. Si mira a lo que hicimos durante la guerra fría: generación tras generación desde 1950 se invirtió dinero en defensa y en enviar tropas fuera que la gente hubiera preferido gastar en otras cosas. Pero en Estados Unidos los ciudadanos han demostrado que son capaces de apoyar grandes inversiones en defensa, incluso en tiempos de paz, para luchar contra amenazas serias, persistentes y expansionistas, pero invisibles. Los estadounidenses lo han apoyado y lo apoyarán esta vez. Lo harán porque la necesidad está ahí, y porque es gente democrática, libre y con sentido común. La otra opción que tienen es que seamos atacados periódicamente y que estos ataques terroristas nos recuerden que tenemos una obligación con nosotros mismos, con nuestro sistema y con nuestros aliados en el mundo de actuar de forma responsable.

P. ¿Qué cambios ha encontrado a su vuelta al Departamento después de 25 años?

R. Han cambiado muchas cosas, una de ellas es que ahora los acontecimientos suceden a lo largo de las 24 horas. Eso crea una situación diferente en la ciudad y también en el mundo entero. La reacción a una alerta durante 24 horas ya no viene sólo del Congreso, o de otros departamentos, o de los estadounidenses. Es una cuestión internacional.

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