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Bush pedirá el permiso del Congreso antes de lanzar un ataque contra Irak

El presidente de EE UU anunciará su estrategia el día 12 ante la ONU

Enric González

George W. Bush quiere despejar pronto el camino hacia la guerra en Irak. Ayer se reunió con los principales miembros del Congreso para garantizarles que pediría su aprobación antes de dar la orden de ataque. El sábado recibirá al primer ministro británico, Tony Blair, en la residencia vacacional de Camp David, y en los días siguientes expondrá sus planes a los máximos dirigentes de Rusia, China y Francia, los otros tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. La Casa Blanca espera el apoyo de parlamentarios y aliados extranjeros antes de que termine octubre.

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'Sadam Husein constituye una amenaza para Estados Unidos y para el mundo, y debemos enfrentarnos a él', afirmó Bush. 'El proceso', añadió, 'empieza hoy'. 'Durante 11 largos años, Sadam Husein se ha escabullido de su compromiso [firmado tras la guerra del Golfo, en 1991] de no desarrollar armas de destrucción masiva, por lo que voy a pedirle al mundo que reconozca que [el presidente iraquí] está avasallando a la comunidad internacional, y expondré lo que hace falta para que Irak cumpla lo que prometió', declaró Bush tras su reunión con los parlamentarios.

El presidente de Estados Unidos no quiso adelantar si pediría una nueva resolución al Consejo de Seguridad de la ONU, o si trataría de hacer un último intento de reenviar a Irak a los inspectores de armamento, aunque pareció descartar esto último: 'La cuestión no son los inspectores, la cuestión es el desarme', dijo. George W. Bush explicó que la decisión de acabar con Husein y su régimen estaba ya tomada, pero que aún no se había apostado definitivamente por la vía militar. El anuncio final parecía, sin embargo, muy próximo. El portavoz presidencial, Ari Fleischer, consideró 'posible' que Bush expusiera públicamente su estrategia sobre Irak, incluyendo el aspecto bélico, en su discurso del próximo día 12 ante la Asamblea General de la ONU.

El largo verano de especulaciones sobre una posible repetición de la guerra del Golfo puede darse por terminado. Bush necesita ofrecer más que palabras a su Congreso, a la ONU y a la opinión pública interna e internacional. Todos piden pruebas, razones sólidas que justifiquen una acción militar, y explicaciones sobre cómo reconstruir y democratizar Irak una vez concluida la más que posible guerra.

'¿Cuántos soldados harán falta? ¿Cuánto costará? ¿Qué pasará después? Nuestros ciudadanos y nuestros aliados deben contar con las respuestas a esas preguntas para formarse una opinión', dijo Richard Gephardt, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes.

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El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, empezó ayer mismo a ofrecer algunas respuestas. Rumsfeld compareció ante una comisión del Congreso, a puerta cerrada, para exponer la situación de la guerra contra el terrorismo y algunas pistas sobre la posible invasión de Irak. Rumsfeld aseguró el martes que su Gobierno disponía de informaciones secretas que indicaban que Sadam Husein estaba cerca de cumplir su objetivo de conseguir armas nucleares, y debía ser derrocado. Esas 'informaciones secretas' fueron compartidas con el primer ministro británico, Tony Blair, quien se declaró dispuesto a revelarlas en el momento apropiado.

El portavoz de la Casa Blanca dijo que Bush estaba seguro de obtener el respaldo de las dos cámaras del Congreso. Esa impresión se desprendía también de las declaraciones de los parlamentarios a su salida de la Casa Blanca.

'Ahora mismo, creo que sería difícil que el Senado aprobara una resolución de apoyo a la guerra, porque falta información', dijo el líder de la mayoría demócrata, Tom Daschle. 'La información llegará, y se obtendrá un voto afirmativo', le respondió Dennis Hastert, líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes. Daschle asintió. El influyente senador republicano John McCain, rival de Bush en las primarias presidenciales de 2000, pronosticó que el presidente dispondría de 'un respaldo muy sólido'. Incluso el ex presidente Bill Clinton se alineó con Bush y se mostró partidario de usar la fuerza, matizando que Husein disponía de armas químicas y bacteriológicas, y que las usaría en caso de invasión 'porque esta vez sabe que acabará muerto o depuesto, sin otra escapatoria'.

El portavoz presidencial indicó que Bush pediría mociones de apoyo antes de las vacaciones parlamentarias forzadas por las elecciones de noviembre. Las deliberaciones del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que Rusia sigue amenazando con vetar cualquier resolución que implique un ataque contra Irak, deberían haber terminado también para entonces, en un sentido o en otro. A partir de mediados de noviembre podría quedar abierto el escenario de la guerra.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante su reunión de ayer con los líderes del Congreso.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, durante su reunión de ayer con los líderes del Congreso.ASSOCIATED PRESS
Bush, junto al jefe de la mayoría en el Senado, el demócrata Tom Daschle.
Bush, junto al jefe de la mayoría en el Senado, el demócrata Tom Daschle.REUTERS

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