Solana y Palacio creen que aún hay margen diplomático para evitar un ataque a Irak

La ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, afirmó ayer en Bruselas que Irak debe asumir las consecuencias que significaría persistir en el rechazo al regreso de los inspectores de desarme de la ONU, expulsados por Bagdad en 1998. 'Las resoluciones están para cumplirse', declaró ante el Alto Representante de la UE, Javier Solana, con quien mantuvo una reunión de trabajo. Ambos reconocieron, en cualquier caso, que existe aún margen diplomático para evitar un ataque militar contra el régimen de Sadam. Bush manifestó ayer que dirá a los otros mandatarios que 'la historia nos ha llamado para entrar en acción'.

En un tono menos belicista que el empleado el pasado fin de semana en la reunión que los ministros de Exteriores de los Quince tuvieron en Elsinor (Dinamarca), la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, insistió en una rueda de prensa que Irak es 'una preocupación real' y que no hay que establecer paralelismos entre Oriente Próximo y la crisis iraquí. 'No ganamos nada con paralelismos. Las resoluciones de Naciones Unidas deben cumplirse y en este caso existe un incumplimiento muy particular por un Gobierno muy particular', sentenció.

Solana reiteró la tesis de la UE de que 'hay que estar hasta el final con Naciones Unidas. Es importante que la ONU juegue su papel en la solución de este problema de gran calado'. Ninguno de los dos quiso especular qué pasaría si Sadam persiste en su rechazo. El jefe de la diplomacia europea reconoció abiertamente esta semana en una entrevista a un diario alemán que 'la amenaza militar' podría ser necesaria como último recurso de la ONU si Bagdad no cede a las presiones internacionales.

Las próximas dos semanas pueden ser decisivas para perfilar el apoyo que EE UU busca de sus aliados. El presidente George W. Bush se reunirá mañana con el primer ministro británico, Tony Blair, y mantendrá contactos telefónicos con los líderes de China, Rusia y Francia, que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Bush manifestó ayer en la ciudad de Louisville (Kentucky) que trasladará a los otros mandatarios que 'la historia nos ha llamado para entrar en acción', informa Efe. 'Busco el diálogo. Soy un hombre paciente', aseguró Bush en un discurso en el que recaudaba fondos para un colega republicano que aspira al Congreso de Estados Unidos. La Liga Árabe, por su parte, recordó ayer una vez más que ningún país árabe participará en un ataque contra Irak. Esta acción 'abriría las puertas del infierno' en Oriente Próximo, según la Liga Árabe, reunida ayer en El Cairo.

Estados Unidos tiene 'suficientes pruebas' para justificar el derrocamiento del presidente iraquí, Sadam Husein, por sus intentos de lograr armas de aniquilación masiva, dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, aunque ya lo dijera con anterioridad el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Los ministros de Exteriores de los Quince se entrevistarán en Nueva York con el secretario de Estado, Colin Powell, días después del discurso que Bush pronunciará ante la Asamblea General de la ONU la semana que viene y es muy probable que antes de fin de septiembre británicos y franceses presenten ante el Consejo de Seguridad una resolución exigiendo a Sadam el regreso de los inspectores.

'Debemos insistir en que hay todavía mucho recorrido diplomático que tiene como origen una resolución de Naciones Unidas y que esa presión debe ejercerse y que nuestro objetivo final es salir al paso ante un peligro de armas de destrucción masiva, que es un peligro real', dijo ayer la ministra española ante la mirada de asentimiento de Solana.

El Parlamento Europeo se mostró el miércoles opuesto a una intervención unilateral norteamericana en Irak 'por los efectos devastadores' que podría tener en Oriente Próximo, al tiempo que pidió a Bush que aporte pruebas de que Irak está acumulando armas de destrucción masiva.

Palacio estuvo ayer en Bruselas para asistir a las reuniones de trabajo de la Convención para la Reforma Europea, de la que forma parte en representación del Gobierno español. La ministra almorzó con el francés Valèry Giscard d'Estaing, presidente de esta plataforma de notables, que debe presentar el próximo marzo a los Quince recomendaciones para la nueva UE tras la ampliación.