EE UU refuerza la protección de Karzai por el temor a atentados

La seguridad personal del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, pasará a manos del Departamento de Estado norteamericano, según informaba ayer el diario The Washington Post. Actualmente, fuerzas especiales de EE UU en la zona se encargan de esta tarea, que desempeñará el Servicio de Seguridad Diplomática (DDS en sus siglas en inglés) a partir de septiembre. Los agentes estadounidenses velarían por la seguridad de Karzai durante aproximadamente un año, mientras se entrena a un grupo especial formado por afganos. El último precedente de que el DDS se ocupara de un dirigente extranjero en su propio país se remonta a 1994, cuando se dio protección a Jean Bertrand Aristide en Haití.

La decisión es interpretada como un reconocimiento de la vulnerabilidad de Karzai (han sido asesinados en Kabul su ministro de Turismo y su vicepresidente) y la frágil situación en Afganistán, que las fuerzas estadounidenses no han conseguido pacificar. Ayer, nuevos enfrentamientos entre facciones en la zona de Mazar-i-Sharif, al norte del país, provocaron cinco muertos.

A su vez, Karzai ha enviado un equipo de investigación a la zona para esclarecer la muerte de cientos de prisioneros talibanes bajo custodia de la Alianza del Norte durante la guerra, el pasado enero. EE UU solicitó una investigación después de que la revista Newsweek denunciara la semana pasada que alrededor de 1.000 prisioneros talibanes habían muerto asfixiados en contenedores tras su captura. El enviado especial de la UE para Afganistán, Francesc Vendrell, también se refirió a estas denuncias y aseguró que los responsables de crímenes de guerra en el norte del país tras la caída de los talibanes deben ser llevados ante la justicia sin tener en cuenta las consecuencias políticas.

Por otro lado, un periodista neozelandés del periódico The Australian, Alistair McLoud, falleció ayer en un accidente de tráfico en Kabul. Con él viajaba el periodista español de la agencia Efe Luis Álvarez, que resultó herido. Los médicos que atendieron a Álvarez afirmaron que su vida no corre peligro y está consciente.