Resistir o salir corriendo, únicas alternativas para los ediles
Sobre el escritorio del gobernador encargado de Antioquia -el gobernador titular, así como su asesor de paz, llevan 90 días en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)- están las cartas de renuncia de los 23 alcaldes de Oriente.
Estos ediles no quieren echar por la borda el compromiso que adquirieron en su día con sus electores, pero tienen algo claro: si uno de los tres grandes alcaldes del país - Bogotá, Medellín y Cali- renuncian a su cargo no tendrían más remedio entonces que 'salir corriendo'.
El de Cali optó ya por sacar a su familia del país. El de Medellín, Luis Pérez, piensa que en un país tan complejo no hay más remedio que adquirir la 'frialdad del poder'. Por eso el miércoles, cuando la policía desactivó un artefacto explosivo cerca de la alcaldía, no perdió la tranquilidad. 'El objetivo era asustar. No les voy a dar gusto', comentó a este periódico.
Este ingeniero de apariencia juvenil piensa que su obligación es mantenerse firme. 'Ningún tipo de extorsión o de amenaza me va a hacer renunciar'.
Pérez es además el presidente de la Federación Nacional de Municipios. Ha sido claro y directo al criticar la actitud del Gobierno frente al plan desestabilizador de las FARC. 'He visto al Gobierno que está lejano al problema. Un presidente debe gobernar hasta el último día; debe mostrar los dientes', dice contundente. No cree en los agentes de la policía secreta ni en los chalecos antibalas ni en la opción que se dio a los más de mil alcaldes del país de armarse para defenderse. 'Me eligieron alcalde, no policía'.
Y está seguro de que las FARC arreciarán su 'guerra de papel, que les está dando buenos resultados a costos muy bajos', estos días previos a la toma de posesión del nuevo presidente, Álvaro Uribe, el próximo día 7 de agosto.
Luis Pérez, entretanto, no piensa variar su rutina. Seguirá, como desde el inicio de las amenazas: no avisa para dónde va; simplemente llega.
