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Silva y Merino reivindican la historia como fuente de la novela

'Un novelista con una vida sin sobresaltos no está obligado a escribir novelas que no sean interesantes. Hay un gran caudal de experiencias ajenas donde investigar y encontrar enseñanzas para el presente'. De esta manera defendió ayer el escritor Lorenzo Silva las virtudes y el potencial de la novela histórica en el encuentro La novela, según los novelistas en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense. Le acompañaba el también escritor José María Merino, quien dijo que la historia puede ser un gran 'elemento nutritivo' de la novela.

Silva contó que la novela histórica permite al escritor crear 'narraciones intensas, con personajes y situaciones vigorosas, capaces de impresionar al lector'. Y dijo: 'Una alternativa de la narrativa contemporánea donde muchas veces no pasa nada'. Por eso señaló que a él no le atrae la novela histórica 'como ejercicio de arqueología', sino más bien como una herramienta para contar una historia interesante capaz de tener proyección en el presente donde el lector pueda aplicar a su experiencia o a su visión de la realidad. Y en esto coincidió con Merino, que añadió que su experiencia con la historia al escribir una novela siempre se había caracterizado por una 'propensión a buscar en el pasado para poder entender el presente'. Porque como dijo: 'Las novelas son del tiempo en que las escribimos y del tiempo en las que las vivimos'.

La memoria

Silva explicó que la novela histórica tiene un gran potencial de recuperación de la memoria, 'especialmente importante en este país por razones a veces comprensibles y a veces no tan comprensibles'. Y añadió que la historia de España está 'muy subrepresentada y desaprovechada' en general en toda la ficción. 'Es tan interesante, tan llena de personajes y de situaciones ambiguas y contradictorias que se podría haber sacado cantidad de petróleo de ella', dijo.

Por su parte, Merino señaló que para escribir una novela histórica era requisito previo hacer una labor de investigación. Y puso un ejemplo: 'Borges hizo mucho daño a la novela histórica al decir que era absurdo documentarse para escribir de este género. Y es que a él no le hacía falta, se había leído toda la Enciclopedia Británica. Pero yo creo que sí, que hay que documentarse', apuntó. Aun así dijo: 'Una novela puede ser una obra maestra de la invención literaria aunque resulte totalmente caprichosa desde el respeto a las referencias históricas que incluye del mismo modo que una fidelísima reconstrucción novelesca de un suceso histórico puede ser una pésima novela'.

También dijo Merino que, a pesar de lo que pudiera parecer, la novela y la historia no eran tan diferentes. 'La única excepción es que la novela pretende provocar una palpitación de vida mientras que la historia no. Es más, cuando la historia está cargada de vida decimos que es novelesca'.

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