'Combatir el sida con Bush es muy dificil '

Terry Ford (Hollywood, 1961) es la coordinadora de la campaña Tratamiento Ya, de la Fundación Aids Healthcare, la organización norteamericana que encabeza la lucha para conseguir tratamiento para todos los afectados por el sida. Decepcionados por los resultados de las anteriores conferencias internacionales, y muy críticos con la industria farmacéutica, los responsables de la fundación organizaron el sábado una marcha reivindicativa en Barcelona para 'despertar' a los participantes de la Conferencia.

Pregunta. ¿Cuáles son los objetivos de su fundación?

Respuesta. La Aids Healthcare Foundation nació hace 15 años en California y, en un primer momento, tuvo como objetivo asistir a los enfermos terminales de sida de mi país que no tenían acceso a los servicios sanitarios convencionales. Ahora nuestra lucha se ha ampliado a Suráfrica y Uganda, donde intentamos que el máximo número de personas puedan acceder a los tratamientos con fármacos antirretrovirales.

P. De momento, su participación en la Conferencia de Barcelona se ha centrado en criticar a la industria farmacéutica, a la que han llegado a calificar de 'cartel de los fármacos'. ¿Se puede pedir tratamiento ya prescindiendo de esta industria?

R. Sí, nuestro objetivo es producir genéricos, no los medicamentos con marca, que cuestan 20 veces más. En Barcelona, además, la industria farmacéutica ha marcado la agenda de las sesiones y se ha apropiado de los datos personales de los 15.000 participantes en la conferencia. Es intolerable.

P. El ex presidente Bill Clinton estará hoy en la clausura del evento. ¿En qué ha cambiado la política de lucha contra el sida en EE UU los últimos años?

R. La Administración de Bill Clinton nunca destacó por su competencia en estos temas, pero George W. Bush lo ha empeorado todo. Definitivamente, luchar contra el sida en la América de Bush es muy difícil. Su única política es promover la castidad, incluso nos niega los preservativos. Fíjese que este año nuestra asociación ha repartido un millón de profilácticos. Ni uno solo ha sido financiado por el Gobierno norteamericano.

P. En África, en el Sureste Asiático y en América Latina el problema sobrepasa el de los preservativos. Muchos países quedarán en bancarrota si intentan tratar con antirretrovirales a los 37 millones de enfermos que tienen. ¿Cuál es su propuesta?

R. El sida puede y debe tratarse. Es cierto que los fármacos antirretrovirales no lo solucionan todo, pero no podemos basar las políticas sanitarias sólo en la prevención. Cuando la epidemia llega a los niveles de Suráfrica o Botsuana, donde más del 30% de la población puede estar infectada, no podemos esperar que todo se solucione sólo con políticas de prevención. Hay que cortarla, actuar, y hay que hacerlo ya.

P. Alguna propuesta concreta?

R. Nuestra fundación, por ejemplo, está ultimando la construcción de un laboratorio para producir fármacos antirretrovirales a bajo coste para Uganda. El objetivo es tratar a dos millones de personas antes de 2004 en todo el mundo. Otras organizaciones tienen programas parecidos y creo que todas estas iniciativas pueden permitir generalizar el acceso a los fármacos contra el sida en unos tres años.

P. Actualmente sólo el 2% de los afectados en todo el mundo tiene acceso a ellos. ¿No es usted muy optimista?

R. No, producir estos fármacos no es tan caro. El gran problema es que falta dinero para el Fondo Global de la ONU. Estados Unidos, por ejemplo, sólo destina a ello un 12% del presupuesto que debería y así no se podrá parar la epidemia.