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Entrevista:Ex presidente del Banco Central argentino

'Hablar de hiperinflación es hacer un poco de terrorismo'

Después de un largo tira y afloja Mario Blejer, de 54 años, presentó la semana pasada la dimisión irrevocable como presidente del Banco Central argentino, cargo que ha ocupado durante cinco meses. Como ex funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde trabajó 21 años, su presencia al frente del banco emisor era considerada la mejor garantía para un acuerdo con los organismos financieros, que debe posibilitar la reincorporación de Argentina a la comunidad internacional. Sus discrepancias con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, entre otros motivos, han podido más. Mario Blejer sigue formalmente como presidente en funciones del Banco Central hasta el 30 de junio.

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Tema:: Las claves de la crisis en Argentina
Participación:: La opinión de los lectores

Pregunta. ¿Por qué se va?

Respuesta. Tengo una serie de motivos por los cuales no puedo seguir en la función. Unos tienen que ver con cuestiones personales, no solamente familiares, sino también desde el punto de vista de un ambiente hostil que se ha creado en Argentina, en el cual se hace difícil cumplir funciones públicas. Recibo constantemente amenazas y todo tipo de insultos que tienen que ver parcialmente con mis antecedentes laborales, al haber pertenecido al FMI. Hay otra parte antisemita y luego hay otra que responde sencillamente a esa especie de deporte de repudiar a quienes están en la función pública. Han amenazado a mi madre, a mi familia. No puedo caminar por las calles sin guardaespaldas.

P. ¿Y sus discrepancias con el ministro de Economía, Roberto Lavagna?

R. En este momento hay una especie de diferencia filosófica con el Ministerio de Economía. No tenemos ninguna diferencia personal, todo lo que la prensa ha dicho de peleas es mentira. Al contrario, he tenido muy buena relación con el ministro Lavagna. Sin embargo, tenemos ciertas divergencias de opinión sobre el concepto de la independencia del Banco Central. Creo que el Banco Central tiene que ser una identidad totalmente independiente y no politizada, y ellos tienen la idea de que en momentos de crisis la coordinación es más importante que la independencia. También tengo diferencias sobre la inmunidad del banco.

P. ¿Tan abismales eran las discrepancias que no ha habido manera para que ustedes establecieran unas reglas de juego?

R. Se podría, de hecho lo hicimos pero es una diferencia de opinión de fondo sobre el rol de cada uno de los factores de poder en la Argentina. Es cierto lo que usted dice, que las diferencias de fondo se podían haber zanjado mejor, pero al haber tomado conocimiento público y en la prensa argentina haberlo maximizado de esa forma creó un ambiente más difícil. Y luego, hay otro tipo de diferencias adicionales. Yo creo que tenemos que tener mucho más cuidado con el uso de las reservas, por ejemplo.

P. ¿Cree que Argentina va a hacia la dolarización?

R. Yo he trabajado en el Banco Central desde que devaluó la moneda tratando de implementar la política del Gobierno, la pesificación, que era precisamente lo contrario de la dolarización. Obviamente, no soy partidario de la dolarización en este momento. Pero si no se puede terminar de estabilizar la moneda, probablemente habrá una dolarización espontánea de la economía, pero no creo que sea una política viable.

P. Las reservas siguen bajando. ¿A partir de que límite hay que empezar a alarmarse?

R. Yo no querría caer debajo de los 10.000 millones de dólares pero no le puedo dar un límite. Creo que hay que alarmarse ya. Es muy importante en este momento reforzar el nivel de las reservas.

P. ¿Es posible?

R. Con un acuerdo con el FMI sí. En términos de la estrategia para conseguir el acuerdo y sobre la política fiscal y monetaria que hemos planteado al FMI no tenemos diferencias el ministro y yo.

P. ¿Qué tan cercano y creíble está el acuerdo con el FMI?

R. Espero que se produzca pronto. La visita del ministro Lavagna a EE UU es importante y él va a poder encaminar la misión del FMI en Buenos Aires. Argentina ha hecho progresos, y creo que el FMI tendrá que reconocerlo.

P. ¿Cómo vislumbra el futuro del sistema financiero argentino?

R. Cuando se normalice la situación habrá que tener un sistema más consolidado en el cual habrá, me da la impresión, muchísimos cambios de estructura, particularmente en el sector público financiero. Los bancos públicos se tendrán que reestructurar y tener una función diferencial de la banca comercial. Y la banca comercial también tendrá que reestructurarse porque el tamaño del sistema se ha reducido debido a la caída de depósitos. Los depósitos y los créditos han caído a la mitad, entonces esto deberá reflejarse en el número de bancos, de sucursales y en el nivel de actividad.

P. ¿Qué opinión tiene de la actitud de la banca extranjera y, específicamente, la española?

R. Creo que los dos grandes bancos españoles (BBVA y SCH) son sólidos y han demostrado absoluta y completa intención de quedarse en el país y ayudar en todo lo posible a solidificar el sistema.

P. La emisión de dinero por parte del Banco Central ha superado los 3.500 millones de pesos previstos en el presupuesto.

R. No le sabría decir en cuánto. En los próximos días remitiremos un informe al Senado en el que explicamos el programa monetario hasta fin de año y por qué nos hemos desviado de la meta original. Las condiciones no salieron como nosotros esperábamos. El corralito se amplió más de lo previsto.

P. ¿La hiperinflación está a la vuelta de la esquina?

R. No. Estoy totalmente en desacuerdo con eso. No hay riesgo de hiperinflación en este momento en Argentina. El sistema monetario está suficientemente controlado. Hablar de hiperinflación es hacer un poco terrorismo.

P. ¿Y los pronósticos que apuntan un dólar a cinco pesos antes de terminar el año?

R. No sé cómo hacen esos cálculos. Creo que si no hay un acuerdo con el FMI las presiones aumentarán. La situación económica en la región es tensa, hay incertidumbre. El dólar subió en los últimos días de 3,40 a 3,90 pesos, pero el real también se devaluó muchísimo.

P. ¿Qué soluciones concretas aportará el acuerdo con el FMI?

R. Primero, hay un elemento de dinero. Porque aunque sólo se consigue el pago de todas las amortizaciones e intereses a las instituciones internacionales, lo cual es muy importante para empezar a renegociar la deuda externa. Al mismo tiempo, si nosotros conseguimos un acuerdo que nos permita pagar las obligaciones de este año, eso de por sí ya nos va a devolver reservas que ya hemos pagado, más de 1.000 millones de dólares. Las reservas que hemos perdido desde principio de año incluyen 2.000 millones de dólares de pagos a instituciones internacionales y parte de eso lo recibiríamos de vuelta. Esto, a su vez, destrabaría una serie de otros créditos, como los de un programa de 2.000 millones de dólares para financiar exportaciones. Y eso es fundamental porque las exportaciones es el sector que tiene que sacar al país adelante.

P. ¿Cuál es su interpretación de la crisis brasileña?

R. No estoy seguro de los factores que están por detrás de la crisis de Brasil y por qué el detonante ha sido ahora y no hace un mes. Pero lo cierto es que hay una combinación de todo. Hay un factor de incertidumbre política, hay un factor económico que tiene que ver con el contagio y es la inseguridad que se ha creado en la región con respecto a la inversión extranjera, que ha caído. De repente la probabilidad de un cambio de gobierno en Brasil se ha hecho más concreta y, entonces, el problema se resalta más. Además, cuando la gente empieza a vender los bonos de deuda se crea una dinámica negativa.

El ex presidente del banco central argentino Mario Blejer.
El ex presidente del banco central argentino Mario Blejer.REVISTA 23

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