Más de un centenar de policías suspendidos por la muerte de dos piqueteros
El gobernador de Buenos Aires ordena además el arresto de un comisario y un agente.- Miles de personas repudian pacíficamente la violencia policial ante la Casa Rosada
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, ha apartado de sus funciones a 110 policías que actuaron el miércoles en la represión de los disturbios, que se saldó con dos muertos, 90 heridos, 160 detenidos y múltiples destrozos. Además, ha ordenado el arresto de un agente y del comisario inspector Alfredo Franchiotti, responsable de la operación montada para impedir el bloqueo del Puente Pueyrredón, principal acceso a la ciudad de Buenos Aires desde el sur.
El secretario de Seguridad Interior, Juan José Álvarez, ha añadido que la orden de "detención preventiva" del jefe de la operación ha partido del propio presidente del país, Eduardo Duhalde.
Por su parte, Solá ha asegurado, tras analizar las fotos que han publicado Clarín y La Nación, que la versión de la policía sobre los hechos "es mentira", en referencia a las declaraciones del propio Franchiotti, que aseguró que los manifestantes llevaban armas y que habían llegado al puente "a combatir" y no a expresar su protesta.
Así, Solá ha calificado de "descontrol" lo sucedido en la estación de trenes de Avellaneda y en el hospital Fiorito. Sobre la suspensión cautelar de más de un centenar de agentes de la zona de Avellaneda, ha explicado en La Nación que "hay fuertes elementos que pueden implicar a los policías".
De hecho, el comisario fue fotografiado escopeta en mano con el otro oficial detenido y junto las dos víctimas, Darío Santillán y Maximiliano Costequi, de 21 y 25 años. La autopsia del cadáver de Santillán demostró que fue asesinado por balas similares a las del arma de Franchiotti, herido levemente en la refriega.
Este hecho ha provocado la sorpresiva reacción de las autoridades, que han pasado de defender la inocencia de la policía a tomar serias medidas correctivas.
'No' a la violencia
Por otro lado, miles de personas han repudiado en la capital argentina los violentos disturbios del miércoles, que según el Gobierno forman parte de un plan de lucha "organizado y sistemático".
Este acto tuvo lugar ayer (la madrugada de hoy en España) en la manifestación, convocada por una agrupación de desempleados, que coincidió con una huelga general de 24 horas organizada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la segunda fuerza sindical del país y que reúne, fundamentalmente, a empleados públicos y docentes.
A la protesta, liderada por el Bloque Nacional Piquetero, el ala radical de los grupos de desempleados que se enfrentaron el miércoles con la policía, se han adherido organizaciones de derechos humanos, asambleas vecinales y diversas organizaciones políticas, culturales y estudiantiles.
Al mediodía de ayer los manifestantes empezaron a concentrarse a las puertas de la sede del Parlamento, desde donde marcharon hacia la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, donde se situaron cerca de 2.000 policías.
La Policía montó una impresionante operación de seguridad en los alrededores de las sedes del Legislativo y del Ejecutivo, así como en las principales vías de acceso a Buenos Aires. En una de ellas, la que comunica a la capital del país con el oeste, 33 personas fueron detenidas cuando intentaban acudir a la concentración con palos, piedras y cócteles mólotov. Sin embargo, en la Plaza de Mayo no se produjeron incidentes de importancia.
Duhalde se recluye
en la Quinta de Olivos
El presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, se ha recluyó anoche en la Quinta de Olivos, su residencia oficial a las afueras de Buenos Aires, donde pidió y analizó informes de las investigaciones sobre la cruenta represión policial a la manifestación piquetera.
Duhalde habló con el ministro de Justicia, Jorge Vanossi, con quien acordó instruir al Procurador General de la Nación, Nicolás Becerra, para que se ponga al frente de las investigaciones y denuncias tendientes a esclarecer las causas de los choques del miércoles en Avellaneda. El presidente optó por permanecer toda la jornada en la Quinta de Olivos donde recibió separadamente a distintos funcionarios durante el día, entre ellos al secretario de Seguridad Interior, Juan José Alvarez, quien le expresó las novedades que arrojan las primeras investigaciones.
Ausente el presidente en la Casa Rosada, mientras se desarrolló la segunda jornada de protesta piquetera que llegó con mayor fuerza a la Plaza de Mayo, se mantuvieron en la sede del Gobierno el ministro del Interior, Jorge Matzkin, que siguió desde su despacho la protesta, y el secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández.
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