'El acuerdo con el FMI no puede ser de trastienda'
Tuvo un paso efímero por el ministerio de Economía de Argentina, pero dejó huella. En apenas una semana, Ricardo López Murphy presentó un severo plan de ajuste al entonces Gobierno de Fernando de la Rúa, lo retiró y dimitió. Ha pasado algo más de un año y la situación empeora cada día. Este economista de 50 años, formado en la Universidad de Chicago, considera que Argentina debe hacer tabla rasa en lo político. En lo económico, ha de imponer austeridad y restablecer la confianza. Se perfila como candidato presidencial en las elecciones de 2003.
Pregunta. ¿A qué ha venido a España?
Respuesta. Presento una iniciativa llamada Recrear Argentina, que implica que a esa visión agónica del país se le opone otra visión que tiene apetito de futuro, que tiene proyectos. La idea es crear una fuerza política homologable, que respeta los estándares de calidad y las reglas que siguen las fuerzas políticas a escala mundial. Hay ciertas aritméticas desagradables que toda opción política debe tener en cuenta. El déficit, por ejemplo, cuando usted no lo puede financiar no es de izquierdas ni derechas, eso es una tontería.
'Hubiera preferido que los bancos enfrentaran sus obligaciones con los depositantes'
'No creo que las empresas españolas regalen sus activos al Gobierno argentino'
P. ¿En qué espacio político se situaría, tomando como referencia a España?
R. Me es lo mismo. Desde Felipe González hasta José María Aznar.
P. ¿Son lo mismo?
R. ¡No! No quiero decir esto; quiero decir que las opciones que ofrece la política española están en el contexto de cierta responsabilidad básica. Ninguno de ellos propondría, por ejemplo, desalojar a la autoridad del banco central para echar mano a las reservas; ninguno de ellos alteraría los contratos en euros para pesetizarlos de nuevo.
P. ¿Usted dónde se sitúa?
R. En el centro del espectro político. Creo en la iniciativa privada, en un sistema de economía abierta que sea receptiva a la inversión, en el gobierno de la ley y en el auxilio social. Ocurre que todo esto parece una novedad en mi país.
P. Hay líderes argentinos que reclaman mayor protagonismo del Estado en la economía...
R. ¡Entonces, quieren un Estado quebrado! Un Estado que no le paga a nadie, con una permanente devaluación de su moneda...¡Eso no es un planteamiento alternativo, es un disparate! Mire, si usted tiene contribuyentes suecos, va a tener un Estado del tamaño de Suecia. Con el tipo de contribuyente y con el manejo del crédito público que tenemos en Argentina, no es posible.
P. ¿El presidente Duhalde va por ese camino?
R. La situación hoy es extraordinariamente delicada. Cuando hacen esos planteamientos están engañando a la gente. Si algo no podemos ser hoy es estatistas o intervencionistas.
P. ¿Ha fallado la descentralización política?
R. Claramente. Imagínense que Galicia emitiera su moneda, que Andalucía, Cataluña y Castilla también lo hicieran para reemplazar a la peseta o al euro...Ésa es la situación que hoy tenemos en Argentina.
P. Parece que nadie paga los platos rotos.
R. Eso no es cierto... Eso supondría que los mismos que produjeron esta crisis van a poder quedarse en el Gobierno. La sociedad no va a convalidar ese desacierto gigantesco.
P. Usted estuvo en el Gobierno de De la Rúa, que también fracasó...
R. No lo tengo tachado en mi currículum...me hago cargo de ello. Estoy convencido de que lo que intenté era lo que había que hacer. Ocurrió simplemente que la clase política no creía realmente en mi plan.
P. ¿Sería hoy más duro?
R. No es cuestión de más duro ni más blando. Lo importante es recuperar la confianza. Austeridad va a haber de cualquier manera en Argentina, la única diferencia va a ser: austeridad con esperanza o sin esperanza. Hoy estamos muy austeros, pero sin esperanza.
P. ¿Qué le parece el plan de bonos del Gobierno de Duhalde?
R. Veremos cuando concluya el plan, ya que recién empieza. Habrá que ver si los bancos vuelven a captar depósitos.
P. ¿El corralito era inevitable?
R. Yo no lo hubiera hecho nunca. Hubiera preferido que los bancos hicieran frente a sus obligaciones como responsables de sus depósitos.
P. Se habrían hundido algunos de ellos...
R. Habría generado algún problema en algún que otro banco, pero ¿qué le parece que es lo que está pasando ahora?
P. ¿Y cómo se sale entonces?
R. Fíjese, esto es como una infidelidad descubierta. Ser infiel es complicado, pero ser infiel y que lo descubran es aún más complicado. Si usted logra mantener el matrimonio, lo que tiene que hacer es una vida mucho más cuidadosa, porque usted tiene que regalar confianza. ¡ Necesita comunión diaria para que le crean!
P. ¿Es optimista respecto a una posibilidad de acuerdo con el FMI?
R. Creo que se le da excesiva relevancia. Lo que Argentina necesita es un programa coherente y consistente, que sea creído y generado por los propios argentinos. Es decisivo que hagamos el programa nosotros mismos. El acuerdo con el FMI no puede surgir como un arreglo de trastienda.
P. ¿Alguna crítica para el FMI?
R. No...lo único que nos falta es que busquemos las culpas de nuestros problemas en otro lado.
P. ¿Ha hecho el Gobierno español todo lo que debería en esta crisis?
R. Uno no puede aspirar a que el Gobierno español se haga cargo de nuestras cuentas. Aún así, España es el único país que aportó ayudas de manera individual.
P. Los intereses económicos son muy importantes.
R. No lo subordinen sólo a eso. Tenemos lazos culturales, históricos, muchos de nosotros procedemos de la inmigración...
P. Y tenemos a un buen número de empresas españolas en situación delicada.
R. Tienen problemas pero no creo que que entreguen las inversiones que hicieron; no creo que se las regalen al Gobierno. No van a desprenderse de tamaña cantidad de activos. Y no olviden que en todos los lugares del mundo, la víscera más sensible debe ser el bolsillo.
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