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La Caixa pesca en la crisis

La guerra de las autopistas, que enfrentaba desde marzo a Áurea, controlada por Dragados, y a Acesa, controlada por La Caixa, por la adquisición de Iberpistas, se cerró el lunes con un sorprendente desenlace: la fusión de ambas y una subsiguiente contraopa consensuada sobre Iberpistas. Ambas operaciones van a permitir a La Caixa dominar un grupo que va a controlar el 69% de la red española de autopistas de peaje.

La salida del SCH de Dragados, tras la venta de su paquete de control a ACS para hacer caja y compensar los quebrantos de sus filiales argentinas, ha facilitado a La Caixa esta operación. Las dificultades de Repsol YPF le permitieron convertirse también hace siete días en el mayor accionista de Gas Natural.

La rápida felicitación de Jordi Pujol a La Caixa revela la trascendencia política de esta ofensiva, en un momento en que el Gobierno quiere modificar el funcionamiento y la gestión de las cajas y en el que se ha acrecentado la rivalidad entre Barcelona y Madrid por hacerse con las sedes de las mayores empresas.

Las autopistas, cuya rentabilidad está asegurada por la regulación de los peajes, tienen una contribución destacada a las cuentas de La Caixa, que se propone con la fusión convertir a la nueva Acesa en el mayor grupo de infraestructuras de Europa. Un dificil pacto con la familia Godia ha permitido también cerrar el conflicto con Iberpistas.

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