Arafat convoca elecciones para antes de seis meses y emprende una amplia reforma política
El Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina será disuelto en un plazo de 45 días
Los palestinos ya tienen calendario político. El presidente Yasir Arafat ha decidido convocar elecciones presidenciales y legislativas para antes de seis meses, pero antes abordará un programa de reformas administrativas que se iniciarán dentro de 45 días con la disolución del Gobierno y el nombramiento de un nuevo Gabinete, de carácter tecnocrático y mucho más reducido, con el que se iniciará la reconstrucción de las ciudades asoladas por la última ofensiva israelí. La Autoridad Palestina parece decidida a apretar el acelerador del programa de reformas, tal y como le reclaman la comunidad internacional y la oposición democrática.
Cuando apenas se habían cumplido 24 horas del discurso del presidente Arafat, anunciando un programa vago de reformas políticas y administrativas, los palestinos cuentan ya con un calendario. El borrador ha sido elaborado en un tiempo récord por los 88 diputados del Parlamento palestino, reunidos ayer simultáneamente en Ramala y en Gaza y conectados por videoteléfono, de acuerdo con las indicaciones y consignas recibidas por el propio presidente, en su alocución del día anterior. Como si todo hubiera estado ya previsto de antemano, Arafat aceptó ayer por la tarde el borrador y calendario que le sugirieron los parlamentarios, y en el que el punto principal es la convocatoria urgente de elecciones presidenciales que se celebrarán junto con las legislativas, antes de seis meses.
La celeridad con la que Yasir Arafat ha decidido convocar las elecciones presidenciales obedece a un objetivo claro: atajar lo más rápidamente posible los ataques y las polémicas que sobre el propio presidente se han venido suscitando en los últimos meses, especialmente desde el Gobierno de Ariel Sharon, a partir de donde se reclama insistentemente que el actual líder sea apartado del poder de manera definitiva, por corrupto y dictador.
Las únicas elecciones presidenciales palestinas se celebraron en 1996, junto con las legislativas, en las que el nombre de Yasir Arafat fue plebiscitado por el 85% de los votantes. Seis años después y tras haber caducado el periodo de cinco años para el que fue elegido, el actual presidente se dispone para la reelección. La oficina de Estadística aseguraba ayer que en un periodo récord estaría en disposición de elaborar un censo electoral y de poner en marcha las elecciones. Hoy, Arafat tiene proyectado reunirse con los responsables del Comité Electoral Central, para poner en marcha los comicios.
Pero antes de que se celebren las elecciones, Arafat ha decidido proceder a una reforma de la Administración, empezando por su propio Gobierno, que será disuelto en el plazo máximo de 45 días, para nombrar un Gabinete reducido, compuesto como máximo de 19 ministros, a la cabeza del cual estará en solitario y como siempre el propio presidente. Yasir Arafat, parece ser, ha descartado la petición de nombrar a un primer ministro o dos vicepresidentes.
El plan de reformas elaborado en las últimas horas por el Parlamento, y pendiente de aprobación por Arafat, sugiere, además, otras medidas importantes, entre las que se encuentra la eliminación o fusión de un buen número de ministerios, pasando de 30 a casi la mitad. La misma filosofía se aplicaría para los cuerpos de seguridad palestina, herencia de la guerrilla y de la clandestinidad, y que se han ido multiplicando en los últimos años, provocando un caos jurídico y la inseguridad. Los parlamentarios plantean, además, que los ocho cuerpos de la policía civil sean fusionados en dos departamentos, o lo máximo en tres, pero no dicen nada de los servicios secretos, un terreno controlado exclusivamente desde la presidencia.
Paradójicamente, este ambicioso plan de reformas que Arafat ha empezado a abordar está cojo. Le falta una pieza clave y fundamental en este momento: una Ley Básica o Constitución, que sirviera, entre otras cosas, para delimitar los poderes autocráticos que viene gozando Arafat, quien es, además de presidente de la Autoridad Nacional Palestina, líder máximo del partido gubernamental de Al Fatah y de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), donde converge la mayoría de los partidos palestinos. Un borrador de esta ley, en cuya redacción han venido trabajando desde hace años expertos juristas internacionales -y que ha costado mucho dinero-, se encuentra desde hace años bloqueado en la mesa del propio presidente. La comunidad internacional, incluida Europa, y la oposición democrática han pedido insistentemente el desbloqueo de este texto.
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