Sharon bloquea en el Parlamento de Israel el diálogo con Arafat
La Cámara exige el fin de la violencia y la reforma de la Autoridad Palestina
No habrá negociaciones políticas entre israelíes y palestinos hasta que la Autoridad Palestina ponga fin a la violencia y lleve a término una reforma global de su Administración. Así lo aprobó ayer el Parlamento israelí por 43 votos a favor, 15 en contra y 62 ausencias.
Esta declaración, con la que se prolonga de hecho el bloqueo de las negociaciones del proceso de paz tras año y medio de Intifada, fue planteada por el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ante la Cámara, convocada de urgencia por 40 diputados para hablar sobre el futuro Estado palestino. Cuarenta y ocho horas después de que el Comité Central del partido nacionalista Likud aprobara por unanimidad y a mano alzada una resolución en la que se opone a la creación de un Estado de Palestina, el Parlamento de Jerusalén, a propuesta de Sharon, establecía una declaración de carácter restrictivo similar, por la que Israel se compromete a no reabrir las negociaciones políticas con los palestinos hasta que se cumplan dos requisitos: el fin absoluto de la violencia y la reforma en profundidad de la Administración palestina.
'No habrá paz con un régimen dictatorial, corrompido y tiránico; debe haber otra Autoridad Palestina', anuncio Sharon, eludiendo así pronunciarse sobre el tema del Estado ante la Cámara y planteando las líneas generales de su propuesta de resolución. Las dos condiciones previas establecidas por Sharon para reabrir los canales de diálogo convierten la negociación del Estado palestino en un proyecto utópico, ya que son imposibles de aplicar en esta situación.
El primer ministro exigió, además del 'fin absoluto de la violencia', la revisión de todos los aspectos de la Administración de Yasir Arafat desde todos los puntos de vista -'de seguridad, políticamente, socialmente, financieramente y legalmente'-, olvidándose de que las infraestructuras y los ministerios palestinos han quedado destruidos tras la última ofensiva militar israelí. Sharon planteó a continuación, como alternativa, la necesidad de proseguir con la ofensiva militar y la 'guerra contra la infraestructura terrorista', reconociendo al mismo tiempo los éxitos bélicos obtenidos con la reciente Operación Muro Defensivo, en la que, dijo, 2.000 militantes buscados han sido detenidos, fábricas de bombas demolidas y un gran número de munición y armas confiscadas. 'Pero no hemos acabado el trabajo', agregó. 'Continuaremos luchando contra el terror'.
El presidente palestino, Yasir Arafat, responderá hoy oficialmente a las palabras de Sharon cuando comparezca ante el Parlamento de Ramala y pronuncie su primer discurso desde que el pasado mes de diciembre quedase interrumpida la vida política en Palestina y bloqueada la actividad de la Cámara. La sociedad palestina espera que Arafat explique en su discurso el alcance y la profundidad de las reformas de su Administración, que él mismo anunció hace pocos días y que provocaron una verdadera tempestad en el Gobierno y la salida de uno de sus ministros. En su discurso, Arafat deberá tener en cuenta las rivalidades y enfrentamientos suscitados en las últimas semanas entre los clanes políticos de Cisjordania y Gaza, que han llevado a oponerse a los dos jefes supremos de la policía, Mohamed Dahlan y Yibril Rayub, y que ha dado lugar a algún incidente grave como el apaleamiento del ministro Hasan Asfur, encargado de las relaciones con las Organizaciones No Gubernamentales, un cargo clave a través del cual se canalizan las ayudas internacionales a la sociedad palestina.
En medio de este debate político interno de israelíes y palestinos, el Ejército proseguía ayer incansable con su ofensiva contra la supuesta red terrorista. El último episodio ha sido la muerte de dos altos responsables de los servicios secretos palestinos, el general Jaled Abu Jiran y su ayudante Ahmed Zamaran, en una incursión relámpago que las tropas efectuaron en la madrugada de ayer en la localidad de Jaljul, cerca de Hebrón.
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