Arafat anuncia que las elecciones sólo se celebrarán tras el fin de la ocupación israelí
Los tanques de Israel vuelven a entrar en Yenín y en otras ciudades de Cisjordania
'Las elecciones palestinas se celebrarán tan pronto como el Ejército israelí se haya retirado de las zonas autónomas', aseguró ayer el presidente Yasir Arafat en Ramala. Sus declaraciones han sumido en la confusión a la sociedad palestina, ya que 24 horas antes un portavoz había afirmado en nombre de la Autoridad Palestina que las elecciones legislativas y presidenciales se iban a efectuar en un plazo máximo de seis meses, de acuerdo con las recomendaciones de los 88 diputados del Parlamento, reunidos en sesión extraordinaria en Gaza y en Ramala.
Aunque Arafat insistió en que técnicamente 'es imposible celebrar elecciones libres mientras dure la ocupación y las ciudades están asediadas' por las tropas, en medios gubernamentales palestinos se aseguraba ayer por la tarde que sigue en vigor el calendario anunciado por el portavoz del Ejecutivo, Ahmed Abdel Rahman, el día anterior, y que se mantenía asimismo la reunión que el presidente palestino tiene programada celebrar en las próximas horas con el Comité Central Electoral para poner en marcha las elecciones.
Pocas horas antes de que el presidente palestino efectuara estas declaraciones, el Ejército israelí lanzaba una ofensiva inesperada sobre el norte de Cisjordania, con incursiones en las ciudades de Nablús, Tulkarem y Yenín, para proseguir más tarde con la invasión de El Bireh, cerca de Ramala.
La operación militar israelí fue especialmente alarmante en Yenín, que fue invadida por decenas de tanques en plena madrugada. Posteriormente, los blindados prosiguieron su marcha hacia el cercano campo de refugiados de Yenín. Ante la amenaza de un nuevo ataque se dispararon las llamadas telefónicas de dirigentes palestinos a las cancillerías internacionales para que trataran de detener la marcha de los soldados.
La entrada de las tropas en el campo de refugiados de Yenin se producía cuando apenas se ha cumplido un mes del fin del último repliegue militar, y mientras la población trata de reconstruir sus casas y las organizaciones internacionales de derechos humanos trabajan incansables para efectuar sus informes sobre el alcance de la anterior ofensiva. Todos estos elementos llevaron ayer a una buena parte de los habitantes a salir a la calle y tratar de oponerse a la incursión de los blindados, pero ni la actitud de la población ni los disparos ocasionales de los francotiradores pudieron impedir que los soldados tomaran el control del campo.
Las tropas israelíes efectuaron unas 40 detenciones en ese campo de refugiados y dinamitaron la casa de un dirigente local de Hamás. El Ejército israelí se retiró del campo 12 horas más tarde, consagrando una vez más una nueva política militar de golpe de mano que en las dos últimas semanas ha sustituido a la Operación Muro Defensivo.
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