Arafat vuelve a prometer elecciones en la primera reunión de su Gabinete
Las reformas no se concretan y continúan la mayoría de los ministros
En medio de un clima de frialdad y escepticismo absoluto, el nuevo Gobierno palestino celebró ayer en Ramala su primera reunión bajo la presidencia de Yasir Arafat, quien anunció en su discurso de apertura que en los próximos días hará pública la fecha exacta de las elecciones municipales, legislativas y presidenciales, prometidas hace casi un mes. La sesión, prevista para el pasado lunes, tuvo que ser aplazada como consecuencia de la ofensiva militar sobre la capital de Cisjordania.
La reunión estuvo precedida por un discurso del presidente retransmitido en directo por radio y televisión, y en el que Arafat señaló los objetivos principales e inmediatos del equipo de Gobierno, aunque de manera vaga y sin concretar y sin desvelar decisiones. 'Es importante reformar todas las instituciones del Gobierno para convertirlas en efectivas y poder alcanzar la transparencia en la fuente de poder', aseguró Arafat de manera imprecisa, para recalcar que estas reestructuraciones son fundamentales, ya que con ellas se sentarán las bases para 'alcanzar nuestra libertad y el sueño de un Estado palestino, con Jerusalén como capital'.
El nuevo Gabinete, con 10 ministros menos que el anterior, cuenta sólo con cinco caras nuevas; Salam Fayad, como ministro de Finanzas; Ghassan al Jatib, como responsable de Trabajo; el general mayor Abdelrazak al Yahya, en Interior; Ibrahim Doughmeh, en Justicia, y Naim Aboul Hommos, en Educación. Los otros 15 repiten en sus anteriores cargos.
Tras el discurso, los nuevos ministros juraron sus cargos e iniciaron un debate a puerta cerrada. El Gabinete discutió el programa para los próximos cien días, en el que se hace especial énfasis en la reforma administrativa, la reconstrucción nacional y la preparación de los comicios, incluyendo la reforma y reunificación de los cuerpos policiales.
La reunión fue acogida con escepticismo en la calle y contestada por los disidentes. Encabezando a los contestatarios se ha colocado el diputado Abu Amr, representante de Al Fatah por Hebrón, quien ayer protestaba por el comportamiento político de Arafat, quien, en un nuevo gesto de desprecio hacia la Cámara, se había olvidado o no había querido someter el nuevo Gobierno a la aprobación de los diputados.
'El Gobierno es ilegal', aseguró Amr, quien recalcó que la ilegalidad afectará, según él, no sólo al Gabinete, sino también a todas sus decisiones.
Este diputado ocupaba hasta hace tres semanas la cartera de Relaciones con el Parlamento, antes de presentar su dimisión tras una agria discusión con Arafat en una reunión del Gabinete, en la que acusó al presidente de planear reformas superficiales y sin ánimo de cambiar la situación.
Suicidio político
En el mismo frente se alineó ayer el ex responsable de la Seguridad Preventiva en Gaza, el coronel Mohamed Dahlan, quien aseguró que su dimisión como mando policial días atrás había estado provocada por su escepticismo ante la política de reformas de Yasir Arafat. Con estas declaraciones, Dahlan confirma su suicidio político y confiesa que es el gran perdedor de la batalla secreta por el control del mando unificado de las fuerzas de seguridad, un cargo que ambicionaba y que le llevó a enfrentarse al coronel Jibril Rajoub, el responsable de la Seguridad Preventiva en Cisjordania.
Coincidiendo con la celebración de la primera sesión de gobierno del nuevo Gabinete palestino, el presidente Yasir Arafat envió ayer a Estados Unidos a su ministro de Cooperación Internacional, Nabil Shaat, quien deberá en las próximas horas entrevistarse con el secretario de Estado, Colin Powell. Con este encuentro, la Autoridad Nacional Palestina pretende acelerar la celebración de una conferencia de paz internacional, en la que se aborden como puntos prioritarios la creación de un Estado de Palestina y el repliegue del Ejército israelí a las fronteras de 1967.
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