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ORIENTE PRÓXIMO

Israel empieza a construir un muro de seguridad entre su territorio y Cisjordania

Los ultraortodoxos israelíes dicen que esta valla supondrá el establecimiento de una frontera 'de facto' que será negativa para los colonos judíos

Israel comienza hoy a construir un muro de seguridad para impermeabilizar su porosa frontera con Cisjordania, según el Ministerio de Defensa israelí. Este proyecto cuenta con la oposición, entre otras, de la derecha ortodoxa israelí que teme que este muro suponga una frontera que reduzca su proyecto de ocupar más tierra.

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El director general del ministro de Defensa israelí, Amos Yaron, ha dicho en la radio nacional que trabajadores de la construcción de Cisjordania comenzarían hoy a construir la primera parte de la barrera de seguridad, un tramo de 110 kilómetros. Se trata de una valla electrificada de alambre con detectores de movimiento y con vías colindantes para patrullar e impedir que terroristas suicidas palestinos de la franja de Gaza se introduzcan en Israel.

"Este proyecto supone una respuesta defensiva a la infiltración de terroristas de Judea y Samaria (Cisjordania) en las comunidades de Israel", ha dicho Yaron, estimando que el coste será de un millón de dólares por kilómetro, con un presupuesto total de 200 millones de dólares.

No obstante, el ministro del Gabinete, Yitzhak Levy, del partido religioso nacional, se opone a esta construcción y ha definido la barrera como una "valla política" que podría suponer una frontera de hecho. Yaron ha indicado que la valla, además, tendrá poco impacto en la seguridad de los 200.000 colonos judíos que viven en Cisjordania.

Construcción de un Estado palestino

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Por otro lado, el primer ministro israelí, Ariel Sharón, ha dicho que no han madurado las condiciones para la creación de un Estado palestino de ningún tipo, según ha informado la radio israelí.

Así lo ha dicho en la reunión semanal del Gabinete, en la que Sharon ha explicado a sus ministros su viaje a EEUU y su entrevista con el presidente George W. Bush, quien tiene previsto anunciar el establecimiento de un Estado palestino transitorio, a la par que urgir a Israel a que congele la construcción de los asentamientos judíos.

Mientras tanto, los militantes palestinos han matado a dos soldados israelíes en un encuentro esta mañana. Un palestino también murió. Otro palestino ha muerto en un intercambio de fuego con el Ejército israelí cerca de la ciudad cisjordana de Nablús, según la radio israelí.

Primeros trabajos de la construcción del muro, cerca de Yenín.
Primeros trabajos de la construcción del muro, cerca de Yenín.AP

Una red de apuestas sobre ataques suicida

La Policía israelí investiga una macabra red de apuestas clandestinas cuyo objeto es predecir dónde ocurrirá el próximo ataque suicida palestino. La trama surgió en la ciudad de Kiryat Malachi, en el sur de Israel, donde los apostadores locales pueden rellenar un formulario en el que se incluyen las probabilidades de que los hipotéticos ataques ocurran en las distintas ciudades y regiones de Israel, junto a su correspondiente recompensa.

Las condiciones de la impactante red de apuestas advierten de que éstas sólo son válidas "cuando hay un ataque de árabes contra judíos, y no al contrario; y cuando se informa del atentado en los medios de comunicación". Según informa el semanario Zman Tel Aviv, las ciudades que han sido blanco frecuente de ataques palestinos ofrecen las menores ganancias. Jerusalén, por ejemplo, es la menos rentable (3-2), según el informe. Más ganancias darían lugares que todavía no se han visto sacudidos por la violencia, como por ejemplo la ciudad portuaria de Ashdod, en el sur de Israel (13-1), y el balneario de Eliat, junto al mar Rojo (17-1).

"Estamos investigando si ha habido alguna violación a las leyes sobre el juego. No tenemos en cuenta el aspecto moral", ha indicado Gil Kleiman, un portavoz policial. Zman Tel Aviv, describe a los apostantes como un grupo informal que, en un principio, se unió para apostar en el fútbol y el baloncesto. Las apuestas mínimas están en 10 shekels (unos 2 dólares). Cada apostante sólo puede elegir una ciudad, y las pujas deben renovarse cada vez que se produce un atentado.

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