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Aznar hace en Washington un balance sin un solo fallo de la gestión de su Gobierno

El presidente se declara dispuesto a aprobar en solitario la Ley de Partidos y la reforma del paro

El Gobierno no va a renunciar a sus objetivos de reformar el subsidio de paro e ilegalizar a Batasuna. Está dispuesto a negociar el primer tema con los sindicatos y el segundo con el PSOE, pero, si la negociación no da resultado, el problema será de los que se oponen. El Ejecutivo seguirá su camino y aprobará las reformas con su mayoría absoluta, según afirmó ayer el presidente José María Aznar, que, aunque reconoció un cierto desgaste del Gabinete, trazó un panorama totalmente positivo a la mitad de su última legislatura.

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Las explicaciones deben pedirse a los otros, incluso a Marruecos por las malas relaciones con España, ya que, dijo el presidente, ha sido Marruecos el que no ha querido el referéndum en el Sahara. La razones del Gobierno son, en cambio, claras, según afirmó Aznar en Washington durante un desayuno con periodistas españoles, en el que ironizó sobre las peticiones de entrevista del líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, evitando responder a si serán aceptadas.

En el caso de la ley de partidos políticos, es al PSOE al que le debe preocupar la posibilidad de votar contra una ley que, según Aznar, estaba consensuada y de tener que explicar por qué luego surgieron las dudas. El Gobierno cree que la derrota del terrorismo exige medidas difíciles -'estamos agitando el nido de la serpiente'- y que es esencial lograr la inclusión de Batasuna en la lista internacional de terroristas. Nada le va a apartar de ese objetivo que será perseguido sin desviaciones ni retrasos, dijo.

El presidente añadió que la negociación sigue abierta, pero consideró imposible admitir una fórmula que no dé protagonismo a los diputados como promotores de la ilegalización de un partido sobre cuya vinculación con ETA, afirmó, existen ya todas las pruebas. En otro caso, argumentó, los representantes del pueblo rehuirían su responsabilidad de defender la democracia.

Aznar reiteró que no le extraña que se opongan a esta reforma los que tienen interés en que no desaparezca ETA, y, en ese contexto, se declaró decepcionado por la actuación del Gobierno vasco que, tras anunciar medidas de protección de los concejales amenazados, aprobó un documento en el que ni se menciona el terrorismo. Pero dijo que otras oposiciones le producen tristeza.

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Con un razonamiento similar, el presidente sostuvo que, si se propone una reforma del subsidio de desempleo que calificó de razonable y ajustada, y los sindicatos rechazan negociar y tachan de autoritario al Gabinete, serán los sindicatos los que deberán explicar una actitud que, según Aznar, sólo puede explicarse por motivos internos de esas organizaciones. O, quizás, añadió, por motivaciones políticas, para que Aznar no se vaya del Gobierno sin sufrir 'un meneo', en cuyo caso, señaló, tal vez sea el PSOE el que tenga que dar la cara.

En opinión del presidente, una huelga es incomprensible en un país que ha logrado el récord de 16 millones de cotizantes a la seguridad social, que ha constituido un fondo de reserva de 6.000 millones de euros para los pensionistas dos años antes de lo previsto, que sigue creando empleo pese a la coyuntura económica negativa y que está haciendo una segunda reforma fiscal que beneficia a los más pobres.

Reconoció Aznar que los últimos sondeos reflejan un importante avance del PSOE, pero dijo que no le preocupa. Tras seis años de gobierno, añadió, y de adoptar muchas decisiones difíciles, es normal que haya desgaste. Aseguró que cuando todo el mundo está contento es que las cosas van mal, y un 43% de intención de voto ahora indica que la situación del Gabinete es sólida.

Si se consolidan ocho años de crecimiento económico de España, concluyó, será el ciclo positivo más largo de su historia y el país podrá plantearse metas antes impensables. Aznar no quiso comentar si hará cambios en su Gobierno, como se rumorea, ni qué piensa hacer cuando abandone el primer plano de la política. 'No creo que me vean mucho por televisión', dijo, en referencia al plan del ex presidente estadounidense Bill Clinton de presentar un programa.

Aznar y George W. Bush, anoche en Camp David.
Aznar y George W. Bush, anoche en Camp David.REUTERS

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