Halladas miles de momias incas bajo un poblado de chabolas
Miles de momias incas han aparecido en una antigua necrópolis situada bajo un gran poblado de míseras chabolas en los suburbios de Lima. Este hallazgo, cuyo máximo responsable es el arqueólogo peruano Guillermo Cock, ha permitido recuperar de momento los restos de más de 2.000 cuerpos -casi el doble que los habitantes del poblado- que descansaban en el que ya puede definirse como el mayor cementerio arqueológico localizado en Perú. Los hallazgos contribuirán, subrayan los arqueólogos, a hacer avanzar el conocimiento sobre la sociedad inca.
Muchos de los enterramientos de Puruchuco -que es el nombre del humilde lugar- consisten en 'haces de momias', algunos de ellos con centenares de kilos de peso y en los que se pueden encontrar envueltos hasta siete individuos, junto con sus ajuares funerarios.
Las momias aparecen enterradas a unos cinco metros de profundidad, la mayoría en la posición fetal clásica, pero algunas también en decúbito supino, al estilo europeo, lo que sugiere influencia española.
Descomposición
La excavación del antiguo cementerio, patrocinada por la National Geographic Society, se ha mantenido en secreto durante tres años y ha presentado innumerables problemas a los arqueólogos al tener que compaginarse con la vida cotidiana de los habitantes del poblado, instalado sobre el viejo cementerio inca hace diez años. Los trabajos se han debido centrar en los espacios abiertos y calles, pues los técnicos no han tenido permiso para excavar bajo las humildes viviendas.
Para complicar las cosas, la ausencia de alcantarillado en el lugar ha provocado que las aguas residuales que se vierten directamente en el suelo hayan afectado gravemente a algunos depósitos de momias, causando el inicio de la putrefacción en cuerpos que habían permanecido estables durante siglos, con la lógica alarma para los chabolistas y los científicos.
Los arqueólogos calculan que la mayor parte de los enterramientos se realizaron entre finales del siglo XV y mediados del XVI. La mayoría de las momias halladas son de niños de menos de 12 años, lo que, según los técnicos, es un reflejo claro de la alta mortalidad infantil en tiempos de los incas.
La del antiguo Perú es una de las tres grandes civilizaciones que momificó a sus muertos, junto con la de Egipto y la guanche de las islas Canarias. También se practicó la momificación en China.
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