Un experimento en ratones completa el ciclo de la clonación terapéutica
Una severa inmunodeficiencia fue tratada con células madre embrionarias corregidas
Un experimento en ratones ha completado por primera vez el ciclo de la clonación terapéutica, el uso de células madre embrionarias del sujeto para el tratamiento de alguna enfermedad. Lo positivo del experimento es que ha demostrado una mejoría sustancial en ratones deficientes mediante esta técnica. Lo negativo es que ha sido necesario modificar genéticamente las celulas obtenidas de los clones para que el organismo no las trate como extrañas a pesar de ser genéticamente idénticas a las propias. La aplicación a humanos está todavía lejos, aseguran los autores del experimento.
Dos equipos del Instituto Whitehead de Estados Unidos, liderados por Rudolf Jaenisch y George Daley han combinado sus esfuerzos y líneas de investigación para conseguir el ciclo completo de la clonación terapéutica. Han hecho trasplante nuclear, terapia genética y diferenciación celular de células madre embrionarias para tratar a los ratones afectados de una inmunodeficiencia total. Sin embargo, el proceso ha sido complicado (ha habido que hacer dos modificaciones genéticas) y los ratones representan sólo un modelo de algunas enfermedades humanas, como la que afecta a los niños burbuja.
Además, los investigadores tuvieron que hacer 202 trasplantes nucleares para obtener un solo embrión del que extraer células madre, según explican en la edición electrónica de la revista Cell. Las células obtenidas, precursoras de las del sistema inmune y de la sangre, consiguieron restaurar en los ratones parcialmente el sistema inmune. Hasta ahora se había conseguido diferenciar las células madre en muchos tipos diferentes de células, pero sólo en cultivo en laboratorio. No se había probado que estas células funcionasen como tales en un organismo vivo. Los directores del experimento creen que es muy importante porque constituye una prueba de funcionamiento del proceso.
Los investigadores extrajeron el núcleo de huevos no fertilizados de ratón y lo sustituyeron por el núcleo de células obtenidas de la punta de la cola de los ratones inmunodefiicentes, dando lugar a embriones clónicos. Luego dejaron que se desarrollasen los embriones hasta la fase de blastocisto (alrededor de un centenar de células). Extrajeron las células madre del único embrión que se desarrolló bien y establecieron una línea de células madre en laboratorio. Con el añadido de un gen parte de estas células fueron corregidas genéticamente para obviar el defecto genético del ratón. Luego, de estas células madre se derivaron células hematopoyéticas (precursoras del sistema inmune y de la sangre) ya listas para inyectar en los ratones. Sin embargo, faltaba un paso importante. A pesar de ser genéticamente idénticas a las del ratón, ya se sabía de numerosos experimentos anteriores que estas células serían rechazadas por los ratones como extrañas, por razones desconocidas.
Truco
Uno de los investigadores tuvo la idea de modificar genéticamente los conglomerados de células (denominados embrioides) añadiéndoles mediante un virus el gen HoxB4, que estimula la proliferación celular, y el truco funcionó. Los células precursoras pudieron ser trasplantadas con éxito a los ratones.
'Antes de que se pueda hacer realidad la capacidad potencial de la terapia de trasplante nuclear [clonación] es necesario investigar mucho más la biología básica de las células madre', ha dicho Daley en declaraciones recogidas en un comunicado de su instituto. 'Aunque estos resultados muestran que la terapia de trasplante nuclear puede funcionar en principio, existen problemas técnicos que estamos ahora intentando resolver', ha comentado por su parte Jaenisch.
Además del trasplante de células obtenidas a partir de células madre, los investigadores también utilizaron las mismas células madre corregidas para obtener ratones que fueron utilizados como donantes de médula para los ratones deficientes.
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