'La generación del 27 despreció y rechazó a Miguel Hernández'
Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta (Temas de Hoy), de José Luis Ferris, es el título de la última biografía de Miguel Hernández (Orihuela, 1910-Alicante, 1942). Ferris (Alicante, 1960) 'aclara y desmonta' algunos de los mitos que han acompañado al autor de El rayo que no cesa. El escritor mantiene en el libro que los miembros más destacados de la generación del 27 y algunos dirigentes de la Iglesia católica 'despreciaron' al poeta.
Pregunta. ¿Cúal es la aportación de esta biografía a las investigaciones precedentes?
Respuesta. Había muchas conjeturas, suposiciones y malentendidos sobre la vida de Miguel Hernández. Ahora he eliminado rumores falsos, y he dejado aquello contundente y creíble, superando los filtros del franquismo y la familia.
P. ¿De qué manera tamizó la familia anteriores biografías?
R. La viuda de Hernández condicionó las biografías al considerar que había aspectos que no debían publicarse, como su demostrada militancia comunista. También intentó ocultar los rumores sobre sus amoríos.
P. ¿Cuántas mujeres marcaron su vida?
R. En su vida hubo cuatro mujeres, al margen de Josefina Manresa -su esposa-. No podemos entender su poesía de juventud amorosa sin Carmen Samper Reig, que durante más de 50 años mantuvo en silencio esta relación, y fue su verdadero amor hasta antes de conocer a Josefina. Cuando se trasladó a Madrid, surgió otra mujer, Maruja Mallo, verdadera musa de El rayo que no cesa. Y a ésta le sucedió una relación espiritual con María Cegarra.
P. Pero falta una mujer.
R. Una mujer muy relevante en la época, como María Zambrano, fue una relación corta pero intensa, y rompió los límites de la amistad. Los dos venían de varios fracasos amorosos, y todos los domingos por la tarde quedaban en tertulias literarias y paseaban por Madrid. Pero quiero dejar claro que Miguel Hernández fue siempre un caballero, y nunca pregonó sus amores.
P. ¿Qué temas desmitifica en esta biografía?
R. Por ejemplo, la relación del poeta con la generación del 27. Este grupo de poetas burgueses rechazó y despreció a Miguel Hernández. Sólo hubo dos casos que le salvaron e intentaron acercarse, que fueron Vicente Aleixandre y Manuel Altoaguirre. La conjura literaria contra Hernández la capitanearon Federico García Lorca, Luis Cernuda y Rafael Alberti.
P. ¿Y por qué?
R. Por muchos motivos, eran burgueses que no admitían más socios, y sobre todo un muchacho de provincias que rechazaban. Miguel Hernández empezó a hacerle sombra a Lorca y él no lo podía soportar, y Alberti nunca soportó que Hernández le robara la etiqueta de poeta de la revolución, y eso se lo puso la historia. Pero uno no puede ser poeta de la revolución si pasa la guerra abrigado y en la sede de la Alianza de Intelectuales en Madrid, y no en la primera línea de fuego jugándose la vida, como Miguel.
P. ¿Quién maltrató más a Miguel Hernández, el franquismo o la generación del 27?
R. El franquismo lo ignoró sistemáticamente y la generación del 27 le maltrató dejándole en el anonimato.
P. ¿Qué pasó con su muerte?
R. Había una ordenanza general de que a los presos se les dejara morir si estaban enfermos. Miguel Hernández pudo ser víctima de eso. Luis Almarcha, canónigo de Orihuela y vicario general, cumplió a rajatabla el mandato franquista.
P. ¿Le dejó morir?
R. Sí. Lo hizo porque Miguel Hernández no cedió a sus presiones, únicamente aceptó, cuando agonizaba, el matrimonio católico. Si Almarcha lo hubiera llevado a un sanatorio, posiblemente el poeta cumpliría ahora 92 años.
P. ¿Quien le salvó del paredón?
R De la pena de muerte le salvó José María de Cossío, pero en esta historia muchos se han puesto medallas, como Pablo Neruda, diciendo que le salvaron la vida. Este mérito es sólo José María de Cossío, que movió el cielo y la tierra para hablar con los ministros y evitar su ejecución.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.