Chile pide explicaciones a Fidel Castro por su supuesto apoyo a un grupo terrorista
Dos senadores chilenos han viajado a La Habana para entrevistarse con el líder cubano
El Gobierno chileno ha pedido explicaciones al Gobierno de Cuba por la 'insuficiente' colaboración del régimen de Fidel Castro en relación a la información que ha solicitado sobre la supuesta ayuda y el refugio prestado a extremistas chilenos del ilegal Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) después de que se fugaran de una cárcel de máxima seguridad en Chile en el año 1996. En el posible refugio prestado por el régimen castrista a la organización extremista algunos ven una reorganización del terrorismo de extrema izquierda. El pasado lunes, dos senadores chilenos viajaron a La Habana enviados por el presidente de Chile, el socialista Ricardo Lagos. Hoy tienen previsto su regreso a Santiago.
El FPMR fue creado en Chile en los años ochenta por el Partido Comunista para luchar contra la dictadura de Augusto Pinochet. El grupo colocó numerosas bombas contra intereses de EE UU e infraestructuras nacionales. Tras la salida del poder del dictador Pinochet en otoño de 1990, el grupo asesinó al año siguiente al máximo ideólogo de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), el senador Jaime Guzmán.
Dentro de lo que Lagos denomina 'diplomacia parlamentaria', los senadores Ricardo Núñez (socialista) y Gabriel Valdés (democristiano) -con fuertes contactos en La Habana y por sus pesos específicos en el socialismo y en Relaciones Exteriores- partieron hacia Cuba con un claro mensaje para el régimen de Castro. A diferencia de 1996, Chile está dispuesto a agotar ahora todas las posibilidades para obtener información sin que esto suponga alterar las relaciones diplomáticas. La visita de los senadores se ha mantenido en el más absoluto de los hermetismos, pero fuentes cercanas a la presidencia relataron ayer a este periódico desde Santiago que ambos políticos 'se entrevistaron durante más de seis horas y media con Fidel Castro'. Siempre según las mismas fuentes, 'Castro manifestó su deseo de colaborar contra el terrorismo'. 'Tanto Núñez como Valdes parecían optimistas tras sus gestiones en la isla'.
Meses después de la espectacular fuga de los extremistas en 1996, y a través de numerosas llamadas interceptadas por la policía chilena, se estableció que al menos tres de los cuatro fugados se encontraban en La Habana. El caso se reactivó la semana pasada cuando uno de ellos, Mauricio Hernández Norambuena, al ser detenido en Brasil acusado de ser el líder de la banda que secuestró a un empresario, reconoció que antes de entrar en Brasil 'había pasado un largo periodo en Cuba'. Según advierten medios chilenos, esta confesión 'podría desembocar en un conflicto internacional' y traerle más de un problema al Gobierno de Ricardo Lagos.
La actitud cubana ha originado en Chile presiones sobre el Gobierno de Lagos para que vote en contra del régimen de Castro en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas o que llame a consultas al embajador en La Habana como protesta.
Así, y según fuentes del Gobierno recogidas en el diario La Tercera, parte de la misión de los enviados es intentar disminuir el coste político que le significaría al presidente Lagos la abstención del Gobierno chileno ante la resolución que condena las violaciones a los derechos humanos en Cuba. EE UU estaría presionando a Chile, Argentina, México y Perú para que encabecen un bloque latinoamericano que condene a Cuba cuando en marzo la citada Comisión celebre su reunión anual en Ginebra.
Reorganización del terrorismo
El ministro portavoz del Gobierno chileno, Heraldo Muñoz, ha expresado que ha habido 'mucha especulación' sobre lo que significa este secuestro en Brasil, sobre si eso apunta a una reorganización del extremismo en Chile. La ayuda del régimen de Castro a los prófugos chilenos fue denunciada por la UDI, cuyo ideólogo, el senador Guzmán, murió en 1991 en un atentado por el cual cumplía prisión Hernández Norambuena cuando escapó de la cárcel.
El pasado viernes, el ministro del Interior, José Miguel Insulza, informo de que el Gobierno había recibido una carta de la Cancillería cubana en respuesta a los requerimientos de información sobre los frentistas fugados. Posteriormente se supo que no se trataba de una simple nota diplomática, sino de una dura carta escrita por Castro al presidente Lagos en la que el mandatario cubano aseguraba que 'aun antes de la fuga de los presos de la cárcel de alta seguridad, el Gobierno cubano había cursado instrucciones a los órganos de seguridad de que nadie podía residir en el territorio nacional sin autorización de las autoridades cubanas, y que cualquiera que lo hiciese sería expulsado'.
Pese a que Castro agrega en la misiva que 'hemos cumplido nuestra palabra' y que 'debieron ser más que suficientes las explicaciones que hemos dado', en La Moneda estimaron que esa respuesta no fue satisfactoria, ya que existen indicios de que los miembros del FPMR recibieron refugio en la isla tras su fuga de Chile en 1996.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.