Marruecos no puede explotar el petróleo del Sáhara, dice la ONU
El dictamen abre la vía para reclamar la pesca en aguas de la ex colonia
Un dictamen de la ONU amenaza con dar al traste con el sueño de Marruecos de explotar las riquezas petroleras del Sáhara occidental. La asesoría jurídica de Naciones Unidas ha puesto en tela de juicio la legalidad de la explotación de los recursos de la antigua colonia española. Hace cuatro meses, Marruecos otorgó permisos de prospección a dos compañías, la francesa Total Fina Elf y la norteamericana Kerr McGee, que, presumiblemente, se lo pensarán antes de buscar un petroleo cuya extracción no sea legal.
En un intento por afirmar su soberanía sobre el territorio, Rabat concedió en octubre a Total Fina Elf los derechos de prospección sobre, aproximadamente, la mitad sur del Sáhara (unos 115.000 kilómetros cuadrados) y, días después, el norte del desierto fue atribuido a la compañía estadounidense Kerr McGee.
Al mes siguiente el Frente Polisario, que reivindica la independencia del territorio, se dirigió al Consejo de Seguridad poniendo en tela de juicio que Marruecos tuviera capacidad legal para otorgar tales permisos.
El máximo órgano de Naciones Unidas pidió, a su vez, al departamento de asuntos jurídicos, dirigido por el vicesecretario general general Hans Corell, que emitiese un dictamen no vinculante. La mayoría de los diplomáticos daban entonces por descontado que la respuesta de este departamento sería lo suficientemente vaga como para no perjudicar a Rabat.
En su pronunciamiento, Corell indica, sin embargo, que 'Marruecos no figura en la lista de las potencias administradoras elaborada por la ONU'. En consecuencia, 'los contratos para la búsqueda y evaluación de la existencia de petróleo no suponen explotación o extracción física de recursos mineros y, por ello, no conllevan, por ahora, beneficios directos'.
Por tanto, prosigue el dictamen, 'no son de por sí ilegales' pero 'podrían suponer, sin embargo, una violación de la legalidad internacional si llegaran a desembocar en mayores actividades de exploración o explotación en detrimento de los intereses y aspiraciones del pueblo del Sáhara occidental'. Es poco probable que las compañías sigan adelante con las prospecciones si la posterior explotación es ilegal.
En una carta remitida por su representante ante la ONU, Ahmed Bujari, al presidente del Consejo de Seguridad, el embajador mexicano Adolfo Aguilar, el Polisario se ha apresurado en pedir la anulación de los contratos firmados por Rabat y las petroleras.
La prensa marroquí ha reaccionado al dictamen resaltando, por un lado, que 'la ONU confirma la legalidad de los contratos suscritos por Marruecos' (L'Economiste) y lamentando, por otro, las 'meteduras de pata' de los funcionarios de la ONU (Al Bayane) que han divulgado una opinión 'que corre el riesgo de hacer aún más compleja la búsqueda de una solución' al conflicto. El Gobierno marroquí ha anunciado que las prospecciones seguirán adelante.
El dictamen de Naciones Unidas abre la vía, en opinión de juristas españoles, a solicitar a este organismo un arbitraje sobre que autoridad puede conceder licencias de pesca en las aguas del Sáhara. La no renovación del acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos impide a los pescadores españoles faenar en esas aguas desde diciembre de 1999.
En mayo pasado, el senador de Coalición Canaria Victoriano Ríos preguntó al Gobierno español si había estudiado la posibilidad de pedir un arbitraje a la ONU sobre esas aguas cuyos caladeros figuran entre los más ricos del mundo. El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, dejó claro en su respuesta que no tenía la intención de adentrarse por esa vía. Algún Estado simpatizante del Polisario sí podría hacerlo.
Marruecos no tiene suerte con el petróleo. En agosto de 2000, el rey Mohamed VI anunció a bombo y platillo el descubrimiento de oro negro en la zona de Talsint, pero posteriores prospecciones desmintieron la información.
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