La Pasarela Gaudí cierra con éxito su edición más polémica

El desfile colectivo de los Jóvenes Diseñadores clausuró ayer una edición de la Pasarela Gaudí que ha contado con un apabullante éxito de público, la presencia de destacados representantes políticos y una gran polémica sobre su continuidad en Barcelona. Entre las apuestas más jóvenes destacaron las de Joseph Abril y Mireia Ruiz, y desentonaron las de D’Aquella, Zazo & Brull, Tmarca y Pedro de la Rosa.

Los diseños presentados por los ganadores españoles de un concurso internacional y los del colectivo Jóvenes Diseñadores merecieron sonados aplausos. En ellos destacaban sus apuestas más coloristas, los guiños al arte abstracto y las siluetas de línea ajustada en la cintura y pierna desenvuelta. En la lista de los diseñadores de esta edición que merezcan estar en esa pasarela internacional de la que tanto se ha hablado estos días, Joseph Abril figura entre los primeros. Perfila la silueta de un hombre encantador, con ropa tan digna de pasarela como elogiable en la calle. Sin duda, su técnica ha salido beneficiada por imposiciones de carácter comercial, ha refinado su estilo y ha dado los primeros pasos en el campo femenino vistiendo a una mujer que camina en la misma dirección que el hombre.

Mireia Ruiz ha intentado bucear en culturas de origen cíngaro, con apreciables resultados y mucho camino por delante. Triste representación de la moda gallega en la última jornada de Gaudí: lo vimos primero con D’Aquella, diseños firmados por Carmen Pichel, cuyas propuestas desvirtúan una vez más el valor creativo de esta pasarela. Pichel mezcla sin ningún tipo de pudor prendas y colores que se dan tortas. Sus diseños son atrevidos, es cierto, pero muy feos, y no consigue enseñar ni una sola prenda con cara y ojos.

En el mismo lado, aunque en distinta dirección, están Zazo & Brull, Tmarca y Pedro de la Rosa, un grupo de diseñadores de moda con pretensiones de artistas alternativos, pero es una pena que sus buenas ideas terminen plasmadas en pedazos de tela cuyo destino no tienen mucho mercado. Pedro de la Rosa se pierde con la mezcla indiscriminada de tejidos y el falso romanticismo, pues tapa a la mujer como si la odiara y cubre su cabeza con horribles trozos de saco. Lo único que merece destacar son sus relieves en forma de panal. Tmarca incide en la agresividad de los patrones y de un inquietante trabajo de estilismo, con el que lo mismo dicta usar zapato de aguja con medias de red rediseñadas a tijeretazos, con cazadoras de cuero remachado y cadenas en la cintura, muy dignas del punk, y maquillajes de cenicienta, como ir dispuestas a salir a la calle y pedir guerra.

Más equilibradas estuvieron las ganadoras españolas del premio internacional de moda, Smirnoff. Estíbaliz Pecharromán, que quedó segunda en la edición internacional, se mostró transgresora en sus conjunto, usa y abusa de las transparencias y los shorts de lentejuelas, pero con excelentes resultados estéticos.

Apoyando al grupo Jóvenes Diseñadores estuvieron Artur Mas, conseller en cap de la Generalitat; Jordi Vilajoana, consejero de Cultura, y Oriol Pujol Ferrusola, secretario de Industria de la Generalitat.