Las mejoras en la organización permiten una vuelta con éxito de los diseñadores disidentes

Tres años después de que abandonaran la Pasarela Cibeles, las mejoras en la organización, en el casting de modelos y la respuesta a sus reivindicaciones ha permitido la vuelta de los llamados diseñadores disidentes, Jesús del Pozo, Angel Schlesser, Antonio Pernas y Roberto Verino, que hoy han presentado propuestas para el otoño-invierno 2002-2003. Con su presencia, se suman al proyecto internacional de la moda en el que se trabaja para fundir a Cibeles y a la pasarela Gaudí en una propuesta unitaria.

Jesús del pozo, Roberto Verino, Ángel Schlesser y Antonio Pernas han vuelto a Cibeles coincidiendo con la polémica sobre la ciudad que será sede de la pasarela internacional que promueve el Gobierno en su Plan Global de la Moda.

Los cuatros diseñadores han negado sin embargo que su regreso al espacio de IFEMA responda a una intención de apoyar Cibeles como posible pasarela internacional.

Del Pozo

Entusiasmados aplausos han despedido la colección en la que Jesús del Pozo ha mostrado una profunda investigación del patronaje, "mucho más importante que otros años. Hay un trabajo intenso y difícil", ha señalado el diseñador que afirma encontrarse en uno de sus momentos más creativos.

Esto se ha apreciado en propuestas que giran en torno a esos cortes asimétricos, que en ocasiones delinean la silueta y se abren en imaginativos vuelos. Prendas superpuestas, abrigos con cierres laterales y su uso del terciopelo han destacado en un desfile en el que no ha faltado la piel, como el visón con que ha forrado un abrigo de terciopelo verde, o el espectacular envolvente de zorro plateado que ha lucido Nieves Alvarez.

Del Pozo ha exhibido vestidos, sencillos pero estudiados, al igual que sus faldas, que ha acompañado con estrechos pantalones a juego. El diseñador sigue inspirándose en los suaves y variados tonos de la naturaleza, que utiliza también para sus tejidos.

Como broche final de un desfile que inició Esther Cañadas, Bimba Bosé lució un atrevido vestido de novia con larga cola y múltiples tejidos.

Verino

La imaginación de Roberto Verino ha viajado a tierras de Asia Central y del Tibet, que han inspirado una colección muy artesanal y cálida en materiales, con la que pretende aportar sentimientos de seducción "para que quien lleve las prendas se sienta bien".

Bajo copos de nieve artificial, el diseñador ha protegido del frío a hombres y mujeres con fuertes prendas de estilo militar con botonaduras y presillas, abrigos de ante envejecido y forrados de piel, adornados con pespuntes, y cálidos puntos. Frente a esto, suaves gasas pintadas a mano que reproducen ciervos o caballos salvajes y los cuadros de gales para ellos.

Verino, que ha destacado de nuevo por su buen hacer, ha presentado con acierto versiones modernizadas del chaqué y el esmoquin en un desfile en el que el beige-camel, verde, marino, marrón y negro han sido protagonistas junto con las pieles.

Schelesser

Angel Schelesser ha apostado "por ropa normal para gente cotidiana, siguiendo en mi línea", y aunque mantiene aires románticos, los ha mezclado con los militares. "Llevamos dos temporadas de romanticismo que continua, pero con menos excesos".

Los contrastes los mantiene al enfrentar lo pesado, de lanas y cueros con lo ligero de las gasas; lo opaco con lo transparente y lo clásico de camisas y pantalones, con lo nuevo en detalles como largos flecos sobre grandes lentejuelas. Junto a negro y blanco, ha tratado tonos beige y rosas palo y para la noche gasas plisadas o rasos.

Pernas

Aunque no quiere olvidar sus orígenes minimalistas Antonio Pernas considera que "al igual que la mujer avanza, ya también lo hago. Se puede ser minimalista con cortes al bies" y por ello ha presentado una de sus colección más arriesgadas, romántica y sensual.

El gallego ha recuperado el modernismo de los veinte en vestidos de muselina y estampados, y reminiscencias de los ochenta en el cuero. Pernas ha jugado con volúmenes, vuelos, cortes asimétricos; ha introducido transparencias totales y encajes con cristales Swarovski; ha modrnizado los trajes chaqueta y pantalón, la raya diplomática, el terciopelo y se ha atrevido con el visón rojo, en un desfile en negro, azul, granate, rosa, crudo y camel.