La artritis que sufre la oveja 'Dolly' replantea los riesgos de la clonación
El 'padre' del animal pide a las empresas de biotecnología que analicen la salud de los clones
La oveja Dolly no es perfecta: tiene artritis. Los científicos lo sospechaban desde 1999, pero ahora tienen la confirmación. Lo que no está claro, y quizá nunca se sepa, es si la artritis que el animal padece en la pata trasera izquierda es casual o se debe a la clonación, y si, por lo tanto, está envejeciendo con más rapidez de lo normal. Aunque muy rara, la artritis no es imposible en una oveja de cinco años y podría ser accidental. Como no existe más que una Dolly, nunca se podrá saber si se trata de una consecuencia o una coincidencia, reconoció su creador, Ian Wilmut, quien, ante las sombras que esta enfermedad arroja sobre la seguridad de la clonación, urgió a las empresas de biotecnología a que analicen la salud de sus clones.
Ian Wilmut, uno de los científicos que participaron en 1996 en la creación de Dolly, reveló ayer en una entrevista que la oveja ha desarrollado artritis en la cadera y la rodilla de la pata trasera izquierda. 'No hay manera de saber si se debe a la clonación o es una coincidencia. Nunca tendremos la respuesta a esa pregunta', aseguró.
Dolly fue el primer mamífero clonado usando la técnica de transferencia nuclear a partir de una célula adulta. Para ello se tomó el núcleo de una célula de la piel de una oveja y se implantó en un óvulo al que se había quitado su propio núcleo. El resultado se implantó en el útero de otra oveja, que hizo de madre biológica de Dolly. Esta primera clonación fue anunciada al mundo a bombo y platillo en 1997.
El problema es que si la artritis se debiera a la clonación significaría que Dolly está envejeciendo de forma más rápida que un animal normal. Y los indicios apuntan más a eso que a una casualidad. Aunque no es imposible, es muy poco habitual que una oveja de cinco años, un animal que suele vivir entre 10 y 16 años, tenga artritis.
Wilmut urgió a las empresas de biotecnología a compartir la información sobre la salud de sus animales clonados para obtener conclusiones. También reconoció que algunos científicos pueden estar demasiado motivados por los aspectos comerciales de la investigación. Pero negó que todo eso sea motivo suficiente para prohibir la clonación de animales. 'Es una técnica muy joven que tiene un gran potencial', declaró a Radio 4 de la BBC. 'Hay que estudiar a los animales que ya han sido clonados y al mismo tiempo continuar con el proceso de mejora en el uso de la tecnología', aseguró.
Debate
La artritis de Dolly fue considerada ayer una mala noticia para las empresas y laboratorios que están invirtiendo grandes cantidades de dinero en el campo de la clonación. PPL Therapeutics, la empresa de biotecnología que colaboró con el Instituto Roslin en la clonación de Dolly, cayó ayer un 16% en Bolsa. La rama estadounidense de PPL Therapeutics anunció el pasado miércoles el nacimiento de cerdos modificados genéticamente para utilizar sus órganos en el trasplante a seres humanos.
La precoz artritis de Dolly ha dado aún más fuerza al debate público sobre la clonación en el Reino Unido. 'Ya teníamos noticias sobre los telómeros [extremos de los cromosomas] anormales de Dolly. Por lo tanto, no nos sorprende saber que hay más defectos provocados por la clonación. Es algo que deberían tener presente los científicos irresponsables que quieren clonar seres humanos', declaró Nick Harris, científico de la asociación Life.
'Ha llegado el momento de acabar con los espeluznantes experimentos con animales', afirmó Joyce D'Silva, de la asociación de defensa de los animales CIWF. El representante de la Iglesia de Escocia, Donald Bruce, fue mucho más moderado y se negó a pedir la prohibición de la clonación de animales: 'Puede ser un significativo indicador sobre la clonación, pero un caso no significa ninguna prueba científica a estas alturas'.
En España, el presidente del Consejo General Veterinario de España, Juan Badiola, afirmó ayer que encontrar artritis en una oveja adulta como Dolly 'no es insólito, aunque no es lo más corriente a su edad', informa Emilio de Benito. 'En casi 25 años de experiencia en patología ovina hemos visto en Zaragoza [donde Badiola trabaja] pocos casos. La artritis es mucho más frecuente en corderos que en ovejas adultas', afirmó el científico. Badiola mostró cautela a la hora de explicar la artritis que sufre Dolly en la pata trasera izquierda. 'Hay multitud de causas, desde un simple traumatismo, a una infección por bacterias, virus, micoplasmas o clamidias', explicó. 'Una hipótesis atractiva es que se deba a un retrovirus visna-maedi', añadió, el cual inserta su genoma en el del animal infectado, por lo que la manipulación genética por la que se creó a Dolly podría haber influido en que se activara. 'Pero si fuera un visna-maedi sería muy fácil de detectar', dijo Badiola.
'También podría ser degenerativo', lo que justificaría los temores de Wilmut a que se tratara de una prueba del envejecimiento prematuro de la oveja. 'Pero en ese caso lo más normal sería que sufriera una artrosis general [deterioro de las articulaciones] y no una artritis [una inflamación] localizada en una pata', declaró Badiola.
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