Unos 7,5 billones de pesetas en los últimos diez años

Las empresas españolas se juegan mucho en Argentina, cualquiera que sea el plan que ponga en marcha el presidente Rodríguez Saá en estos días. La suspensión de pagos, ya anunciada, les perjudica, sobre todo a las filiales argentinas de los grandes bancos SCH y BBVA, que poseen un tercio de los títulos de deuda argentina. Una devaluación ya arrasaría no sólo con los bancos, sino también con el resto de las empresas, como la petrolera Repsol YPF. En total, las empresas españolas han invertido en Argentina unos 7,5 billones de pesetas (casi 44.000 millones de euros) en los últimos 10 años.

En caso de una fuerte devaluación, los analistas prevén que los bancos pierdan alrededor de 1.300 millones de dólares. En el caso de la petrolera, una depreciación del 40% de la moneda argentina reduciría en torno a un 6% los beneficios de la empresa energética, según los cálculos de varios analistas.

La devaluación, aun cuando se mantenga la paridad uno a uno entre el peso y el dólar, se producirá, según los expertos, con la entrada en circulación de los argentinos, la nueva moneda que tendrá un tipo de cambio libre frente a la divisa estadounidense. El Gobierno busca con una emisión limitada de esta moneda recuperar la competitividad de la economía y, al mismo tiempo, amortiguar el impacto de la depreciación.

Fuentes de algunas de las empresas españolas con mayor presencia en Argentina se resisten, en primer lugar, a aventurar cualquier pronóstico sobre lo que sucederá a partir de enero, cuando entre en vigor el argentino. Ninguna de esas fuentes tiene claro el plan de Rodríguez Saá y en parte la visita de Piqué es para ver si el presidente argentino es capaz de aclarárselo.

Incertidumbre

Sobre lo que ha dicho Rodríguez Saá hasta ahora, las opiniones van desde 'puede funcionar, aunque no sé exactamente de qué va' hasta 'es un completo disparate'. La mayoría de estas fuentes y de analistas ajenos a las empresas también ven a los distintos líderes peronistas más preocupados por hacerse con el poder de un país en bancarrota que por plantearse alternativas serias para intentar reflotar una economía que lleva cuatro años en recesión.

Los analistas del mercado consultados creen que a las empresas lo que más les irrita son la incertidumbre y la falta de transparencia en la información que da el actual Gobierno argentino. Primero, el argentino iba a entrar en vigor el 3 de enero, ahora parece que estará en la calle en 15 días. El presidente Rodríguez Saá iba a ocupar el cargo hasta marzo, ahora no se descarta que siga hasta 2003. Las empresas esperan que Piqué logre aclararse.