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VIOLENCIA EN ORIENTE PRÓXIMO

Arafat ordena detener a policías palestinos implicados en ataques contra israelíes

Peres pide al primer ministro israelí que se siente a negociar con el líder palestino

Yasir Arafat ha desencadenado en las últimas horas una operación de limpieza dentro de sus propias fuerzas de seguridad; un número indeterminado de agentes supuestamente implicados en actos de violencia contra los israelíes y acusados de no respetar el alto el fuego decretado por el presidente se encuentran en prisión. Las detenciones fueron efectuadas por la información militar, que dirige Musa Arafat, uno de los más fieles y leales servidores del presidente palestino y con quien le unen lazos familiares.

'No hay problemas de disciplina graves entre nuestras fuerzas de seguridad', aseguraba ayer en su despacho de Gaza Mussa Arafat, de 60 años, responsable del poderoso espionaje militar, al tiempo que confirmaba los arrestos entre las fuerzas de seguridad palestina, incluidas las suyas propias, lo que supone un hecho sin precedentes en la historia de la autonomía palestina.

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Los arrestos, según fuentes oficiosas, se realizaron por actos de indisciplina graves cometidos por los agentes, al desoír las órdenes de alto el fuego impartidas por Yasir Arafat y por haber colaborado o apoyado actos de violencia contra Israel. Las detenciones suponen la confirmación de las sospechas de los servicios de información israelí, que aseguran que un tercio de las muertes de sus ciudadanos -80 sobre un cómputo de 240- han sido efectuadas por policías palestinos.

La noticia de los arrestos era la comidilla de los acuartelamientos de la policía y las fuerzas de seguridad en Gaza, algunos de los cuales se veían más concurridos que lo habitual, y en algunos casos se impedía a los viandantes el paso ante los edificios, especialmente en los situados en el centro de Gaza ciudad. Algunos agentes calificaban la situación de 'indignante'.

Enfrentamiento con Hamás

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La operación de limpieza de la policía palestina coincide con un momento delicado para la política interior en Cisjordania y Gaza como consecuencia del enfrentamiento entre Arafat y Hamás. La situación de tensión creada el pasado 6 de diciembre, cuando la policía de Yasir Arafat trató de arrestar al jeque Ahmed Yassin, se repitió ayer en el barrio del Jeque Raduan, en Gaza, al tratar de arrestar al número dos de la organización fundamentalista Abdelaziz Rantisi.

Unos mil seguidores de Hamás abortaron la detención de Rantisi y se enfrentaron con la policía en los alrededores de la casa del líder islamista. Los choques, que se iniciaron a las doce de la noche de ayer, finalizaron a las cinco de la madrugada, dejando un saldo de siete heridos, entre ellos tres policías, por la explosión de una granada. Otros cinco policías palestinos fueron heridos por la noche en la franja de Gaza por disparos de activistas de Hamás. La agresión se produjo cuando los agentes trataban de impedir que los radicales dispararan obuses de mortero contra objetivos israelíes.

Durante todo el día, un ejército humano, compuesto por jóvenes y niños, custodió el domicilio de Rantisi e impidió a la policía acercarse. En el interior de la casa, los hombres de la Brigada de Ezedine al Kassam, el ejército secreto de Hamás, se han hecho cargo de la custodia de su dirigente.

En medio de esta situación delicada, que configura uno de los capítulos más críticos de la historia de la autonomía palestina, se redoblan los llamamientos internacionales al primer ministro Ariel Sharon para que negocie con Yasir Arafat y reconozca sus esfuerzos para combatir el terrorismo. Desde las propias filas del Gobierno de unidad nacional se escuchaba ayer más clara que nunca la voz del ministro Simon Peres pidiendo la apertura del diálogo.

En las últimas horas, como gesto de buena voluntad, el Gobierno israelí decretó el repliegue de las tropas de los territorios autónomos palestinos, especialmente de los suburbios de Ramala y Nablus, que viven en situación de continuado asedio desde el pasado 18 de octubre, tras el asesinato del ministro de turismo Rehavam Zeevi por un comando radical.

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