El PP elabora un proyecto para el cierre definitivo del proceso autonómico
La ponencia territorial para el congreso popular intenta responder al modelo federal del PSOE
José María Aznar sorprendió el miércoles en un mitin en Madrid ante los líderes de la organización juvenil del PP con un ataque ideológico sin precedentes al modelo federal como fórmula de configuración territorial para España, de tal manera que lo sacó del marco de la Constitución de 1978. Aznar desvelaba, de este modo, una de las claves de la ponencia territorial que el secretario de Estado de Administración Territorial, Gabriel Elorriaga, y la ministra de Educación, Pilar del Castillo, elaboran para el congreso del PP del próximo enero con el título de El Estado en el siglo XXI: las nuevas responsabilidades.
El PP ha apostado decididamente por defender la singularidad del modelo territorial español, surgido de la Constitución de 1978, el llamado Estado de las autonomías, y contraponerlo al modelo federal, el más común en los países descentralizados y hacia el que apunta el PSOE, según el texto aprobado por su Consejo Territorial en noviembre. El PP afirma que este modelo atenta contra el espíritu de la Constitución'. La conclusión de este diagnóstico es un no rotundo a la reforma de la Constitución que el PSOE propone para el Senado.
Elorriaga parte en su análisis de que España dispone de un 'altísimo nivel de descentralización territorial', de modo que tras el traspaso de la sanidad en 2002, todos los servicios básicos estarán gestionados por las comunidades autónomas y se podrá dar por finalizado el proceso de transferencias del Estado, iniciado a comienzos de los ochenta.
El ponente del PP estima que al desarrollo autonómico español sólo le quedan algunos flecos en la profundización del Senado como Cámara territorial, la participación autonómica en los foros europeos, incluido el Consejo de Ministros de la Unión Europea, y, sobre todo, el perfeccionamiento de los mecanismos de cooperación entre el Estado y las comunidades autónomas y el de éstas entre sí.
Una de las preocupaciones principales del PP, en su ponencia, es dejar sentado que el Estado de las autonomías ya está constituido y no sólo no es conveniente la reforma constitucional sino que tampoco es necesaria. Hasta hace poco tiempo el PP argumentaba como razón principal de rechazo a la reforma constitucional para profundizar el sentido del Senado como Cámara territorial razones de oportunidad política: el riesgo de que se abriera la caja de Pandora y los nacionalistas pudiesen colar el debate sobre el derecho de autodeterminación.
La ponencia del PP ofrece argumentos de otra índole y rechaza dicha reforma porque, a su juicio, ataca el espíritu constitucional. Elorriaga, en un novedoso análisis, argumenta que reformar el Título III de la Constitución -sobre las Cortes Generales-, como propone el PSOE, para lograr que el Senado se elija por circunscripción autonómica, además de la provincial, o introducir los grupos territoriales en la Cámara alta, además de los ideológicos, significa atacar el artículo primero de la Carta Magna, que dice que 'la soberanía reside en el pueblo español'.
El ponente del PP estima que la elección por circunscripción autonómica sería coherente con la Constitución federal alemana que explicita el pueblo alemán y sus Estados o länder como sujetos de la nación. No así la Constitución española, que no cita a las comunidades autónomas como sujeto de la soberanía sino al 'pueblo español'. 'Se cambia la naturaleza de las Cortes Generales y el concepto de soberanía'.
Gabriel Elorriaga también contrapone el modelo federal con el autonómico en la medida que el primero, cuyo prototipo es el alemán, establece claramente cuáles son las comunidades autónomas y su reparto de competencias. 'Sin embargo, la Constitución española de 1978 reconoció el derecho de nacionalidades y regiones a la autonomía. Pero no recogió ni el número de comunidades autónomas a constituir ni su reparto de competencias. Esto lo desarrollaron las Cortes Generales que, además de constituir 17 comunidades, no estableció un reparto homogéneo de competencias, en contraste con los Estados federales', dice el ponente, en referencia a los llamados hechos diferenciales de las comunidades. Algunos de los más llamativos son el concierto económico vasco y navarro.
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