'El Gobierno nos quiere poner de uniforme a las autonomías'

El presidente del Gobierno de Baleares, el socialista Francesc Antich, asume que se ha enfrentado con poderosos intereses urbanísticos y empresariales con su freno al desarrollo incontrolado en las islas y el polémico impuesto ecológico o ecotasa.

Pregunta. Su polémica decisión de establecer la ecotasa para los turistas que visitan las islas Baleares le ha proporcionado a usted una incómoda popularidad. No sé si habrá medido bien los riesgos.

Respuesta. Esté usted segura de que hemos medido bien los riesgos. Y los beneficios. La ecotasa es un instrumento, pero también hay otras iniciativas, como son la actuación drástica en la ordenación del territorio y en el urbanismo, hemos paralizado el crecimiento, desbocado, permitido durante largos años por los Gobiernos del PP y estamos creando unas infraestructuras de acuerdo con una nueva política de desarrollo en las islas que no suponga su destrucción. Por ejemplo: no queremos más autopistas, queremos carreteras adecuadas al territorio... Nuestra principal preocupación está muy clara: la calidad de vida de los residentes y asegurar nuestra principal industria, que es el turismo, que está en serio peligro. Y esto no es que lo digamos nosotros, lo ha dicho el secretario general de Turismo, que ha asegurado que podemos morir de éxito.

'Me preocupa que el PP aproveche el terrorismo para ir contra el nacionalismo y el federalismo'

P. O sea que contra saturación, disuasión, ¿no? Lo malo es si logran disuadir demasiado a los turistas por ese método.

R. ¡No, no! Son los propios turistas que se quejan de la sobresaturación que hay en las islas. La ecotasa es, esencialmente, un impuesto finalista porque esos fondos van a ir a proyectos de conservación del medio ambiente y del paisaje. Lo paradójico es que los que viven de la industria del turismo son los primeros en mostrar los paisajes idílicos, cuando van a las ferias internacionales, pero no son precisamente ellos los que defienden ese paisaje... sino todo lo contrario.

P. Supongo que ya contaba con la oposición de la oposición.

R. Sí, claro. Aunque tengo que decirle que el PP ha jugado en esto un papel poco serio porque hace algunos años, consejeros del PP defendían la ecotasa. Incluso nosotros, cuando llegamos al Gobierno, nos encontramos en uno de los cajones un proyecto de ecotasa. Pero se produjo después una protesta muy importante del sector hotelero y eso hizo que el PP dejara el proyecto en el cajón.

P. Es con ese sector con el que se ha enfrentado abiertamente. Quizás sin valorar muy bien que se trataba de un sector demasiado poderoso. Incluso para el presidente de Baleares.

R. Mire, lo primero que hay que tener en cuenta es que el turismo en las islas Baleares representa el 80% de1 producto interior bruto, con lo que ésta no es sólo una cuestión de hoteleros, sino algo que afecta a todos los ciudadanos. Y este Gobierno tiene que escuchar a todos los colectivos, pero al final vamos a tomar nuestras decisiones pensando, sobre todo, en el interés general. Creo que hay que contar las cosas con claridad: la ecotasa significa un 0,9 del paquete turístico y el año pasado los hoteleros han subido los precios de los paquetes turísticos entre un 10% y un 11% y aquí no ha dejado de venir nadie. Así que la campaña de los hoteleros basada en la idea de que la ecotasa pondrá en peligro la afluencia de turistas a las islas se cae por su propia base, ¿no cree?

P. Yo lo que creo es que los poderes fácticos de Baleares pueden responder a su programa de cambios cambiándole a usted por otro poder más afín.

R. Somos muy conscientes de que estamos pisando algunos callos porque estamos rompiendo con unas maneras de actuar, las de los gobiernos de la derecha, que habían consolidado la prepotencia de intereses privados muy poderosos y muy vinculados al poder político. También están muy irritados los promotores urbanísticos, porque hemos descalificado terrenos que eran urbanizables y que ahora tendrán que someterse al Plan General; lo que no podíamos permitir era la construcción de 80 urbanizaciones nuevas en Mallorca. La verdad es que cuando este Gobierno ha comenzado a actuar ya se estaban dando síntomas muy peligrosos de que se estaba matando a la gallina de los huevos de oro: somos 800.000 habitantes, pero tenemos 11 millones de turistas cada año. Ha llegado el momento de tomar medidas.

P. Me pregunto si ya ha sentido el aliento en la nuca de los que no están dispuestos a conformarse.

R. Bueno... Digamos solamente que no me tienen demasiada simpatía. Pero es que yo al PP no le entiendo demasiado; aquí, el 75% de los votantes del PP, según las encuestas que tenemos, está favor de la ecotasa: entonces me gustaría que el PP me explicara a quién está defendiendo, si es que lo pueden explicar... Porque los que de verdad están en juego son los intereses de las promotoras inmobiliarias. Yo ya sé que ésta es una política de alto riesgo, pero también creo que la acción política siempre entraña riesgos que hay que asumir de forma coherente. Es cierto que Baleares ha vivido durante esos larguísimos años en la omertá que producía el beneficio a corto plazo. Pero la gente ha percibido, finalmente, la gravedad del colapso en el que estábamos ya instalados, que nos llevaba al desastre y que estaba pagando la gente que vive aquí todo el año. Por eso los ciudadanos han entendido que tenemos que hacer una política de Estado con el turismo, y que el turismo tiene que ser solidario con una situación que no permitía ni una vuelta de tuerca más.

P. Pero usted gobierna gracias al apoyo de Unió Mallorquina, que gobernó anteriormente con el PP. ¿No teme que los nacionalistas se cambien de caballo y le dejen a usted en la estacada?

R. Este Gobierno tiene mayoría absoluta. Lo difícil fue hacer el Gobierno, pero la verdad es que no hemos tenido nunca ningún problema. Y tengo que decirle que fue Unió Mallorquina quien promovió la ecotasa en el Consejo Insular. Ellos han recibido muchísimas presiones del PP para que no apoyen ni la ecotasa ni todo el proyecto de cambio que estamos llevando a cabo en la industria del turismo. Pero Unió Mallorquina ha resistido esa presión con una posición muy clara. Yo me siento muy apoyado porque la coalición progresista es algo realmente muy sólido.

P. Lo cierto es que su famosa ecotasa ha tenido más eco en Madrid que el escándalo por la presunta compra de votos del ministro Jaume Matas. ¿Usted está convencido del fundamento de las acusaciones?

R. ¡Hombre! Han salido a la luz informes muy clarificadores que hacen pensar que, efectivamente, desde el Gobierno había una presunta acción para conseguir determinados votos... Y yo he visto algunos documentos, de puño y letra del ministro Matas, que trataba de estos temas, y se han conocido documentos según los cuales es evidente que ha habido un manejo de fondos públicos para hacer esta maquinación. En cuanto a la actitud de los dirigentes del PSOE, ellos han tomado algunas iniciativas parlamentarias pero, en estos momentos tienen otras prioridades. Pero yo me siento claramente apoyado.

P. Pues no parece que sus posiciones respecto a la política autonómica tengan demasiado eco en la dirección del PSOE.

R. Pues yo opino que hay un proceso de progresivo afianzamiento de esas políticas a las que usted se refiere. Igual que se han consolidado las propuestas de oposición al Gobierno del PP, lo cual es esencial porque pienso que el pacto antiterrorista, en el que debieran estar todos los partidos democráticos, no ha de disipar la labor de la oposición del PSOE frente al PP. Soy de los que piensan que el problema del terrorismo es lo único que puede unir al PSOE con el PP. No hay coincidencias en nada más. Ni tampoco en el modelo de Estado que es donde se plantea el debate autonómico que el PP quiere cerrar a toda costa. A mí me preocupa mucho que el PP aproveche el problema del terrorismo para ir en contra del nacionalismo y del federalismo. Yo creo que el PP desde el Gobierno del Estado nos quiere poner otra vez el uniforme y creo que ya se han terminado los uniformes. España es plural y lo que no puede ser es que se haya trabajado en este país, durante muchísimos años, para conseguir la descentralización del Estado y ahora se quiera gobernar desde el centralismo. Porque el PP no cree en el Estado de las autonomías.