Los nacionalistas planean abrir la Declaración de Barcelona a socialistas, populares e IU
CiU, PNV y BNG retocan su estrategia tras las elecciones vascas y ante los comicios gallegos
Los representantes de los tres principales partidos nacionalistas -CiU, PNV y BNG- estiman que se les abre en España un horizonte político favorable tras las elecciones vascas, al consolidarse el PNV, tras su victoria el 13 de mayo, y al contemplar la virtualidad de un alza del BNG e incluso de un posible triunfo, aliado con el PSOE, sobre el PP, en las elecciones gallegas del próximo otoño.
En ambos casos, los partidos nacionalistas se plantean el acercamiento a los socialistas e IU. Si en el caso de Galicia la necesidad de acercamiento del BNG hacia el PSOE es clara, en el País Vasco, aunque el lehendakari, Juan José Ibarretxe, no requiere de los socialistas para formar el Gobierno vasco -lo hará con IU-, los necesita, sin embargo, para el proceso de pacificación y la mesa de partidos que tiene previsto proponer antes de las Navidades.
CiU se encuentra en una situación más compleja al depender del PP en el Parlamento catalán, pero los nacionalistas catalanes creen que esta situación puede variar a medio plazo.
El análisis de los coordinadores de los tres partidos nacionalistas concluyó, a la vista del nuevo horizonte político, con la conveniencia de abrir la Declaración de Barcelona -la plataforma reivindicativa, de carácter confederal, suscrita por los tres partidos nacionalistas- a otros partidos nacionales y nacionalistas. 'Será más fácil con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Eusko Alkartasuna (EA) e IU que con los socialistas y no digamos ya con el PP, pero estamos abiertos a todos', señaló ayer Jordi Martí, de CiU.
'Interlocución' La pretensión de los firmantes de la Declaración de Barcelona no es lograr nuevas firmas ni adhesiones sino buscar 'interlocución' con otros partidos nacionalistas y nacionales y contar con su asistencia privilegiada en sus actos públicos. Aunque tampoco descartan al PP, ven díficil que este partido sea receptivo.Tras esta decisión también está -aunque los nacionalistas no lo admiten públicamente- los escasos resultados operativos de la Declaración de Barcelona, que nació en julio de 1998 como una estrategia rupturista con 'las reglas de juego constitucionales', según PP y PSOE, y sólo dos meses antes de la declaración soberanista de Lizarra de todos los partidos nacionalistas vascos.
Socialistas e Izquierda Unida ven con simpatía esta iniciativa en la medida que los nacionalistas pasan de 'una estrategia de confrontación con los partidos nacionales a otra de colaboración'.
El secretario autonómico del PSOE, Juan Fernando López Aguilar, y su portavoz en el Senado, Juan José Laborda, están predispuestos a una interlocución con los nacionalistas sobre la Declaración de Barcelona siempre que se separe esta plataforma reivindicativa de la presión de los violentos. Laborda cree, además, que el marco de ese debate debería ser el Senado. Ambos políticos socialistas atribuyen también la creación de la Declaración de Barcelona por los tres principales partidos nacionalistas a la 'cerrazón política del Gobierno del Partido Popular en materia autonómica'.
El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, va más lejos y cree que los partidos de izquierdas y los nacionalistas están en condiciones de avanzar hacia una alternativa territorial al modelo centralista que defiende el PP.
Los estrategas nacionalistas también graduarán la actividad de la Declaración de Barcelona. Su próxima iniciativa es fácilmente asumible por el Gobierno del PP: impulsar la presencia de las tres lenguas de las nacionalidades, junto al castellano, en las instancias nacionales e internacionales.
También habrá una reunión de la dirección política de la Declaración de Barcelona, con la vista puesta en las elecciones gallegas.
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